La masiva llegada de veraneantes a los balnearios de Coquimbo y La Serena no sólo reporta millonarios ingresos a la zona. El "lado B" del éxito turístico implica la limpieza diaria de las tres toneladas de basura que las personas dejan en las playas.
La típica imagen del borde costero se transforma al atardecer: colillas de cigarro, plásticos, botellas, papeles y otros desperdicios quedan repartidos a pocos metros del mar.
"Eso es un costo. No somos los que cosechamos el fruto del negocio turístico, somos los que gastamos", reclama el alcalde de La Serena, Raúl Saldívar.
En esa comuna se recoge una tonelada al día, lo que implica un gasto mensual que llega a los $15 millones, pues se deben pagar los sueldos a las tres cuadrillas de cinco personas que se dedican a limpiar, y también a costear la operación de una máquina especial que cada tres días recorre 5,5 km de playa.
En Coquimbo la situación es similar. Los veraneantes arrojan en promedio dos toneladas de basura en cada jornada. A ello se suma que varios sectores, sobre todo en La Herradura, sufren por la presencia del alga Ulva y el denominado "pelillo".
"Sernapesca y la Gobernación Marítima han entregado áreas de manejo a pescadores y buzos artesanales para la plantación de algas, lo que se ha visto colapsado; pese a que constantemente son retiradas, debemos hacer un proyecto para que el alga sea atrapada antes de llegar a la orilla de la playa", indicó el edil porteño Óscar Pereira.
El municipio también adquirió una máquina que recorre la costa sacando la basura.
CRITERIO
Los municipios han instalado basureros en la playa y piden a los turistas que los usen.

MATÍAS ROVANO BUSTOS
El Mercurio (Chile) 05-02-11