Toda la basura producida en Guanacaste, Puntarenas y Limón termina en improvisados botaderos o lotes baldíos sin recibir un tratamiento adecuado.
En el mejor de los casos, alguna parte de las 1.000 toneladas diarias de desechos que se generan en esas tres provincias son cubiertas con tierra.
* Hoy se inaugura relleno en Limón
Pero los lixiviados (especie de caldo producido por la basura) escurren sin mayor control por los alrededores de los vertederos.
La basura que se queda sin tratar puede provocar enfermedades en personas y animales, generar plagas y contaminar el ambiente.
Una de las pocas salvedades es el cantón de Garabito, en Puntarenas, el cual sí cuenta con un relleno sanitario adecuado.
En la otra acera está la provincia de Heredia. Allí el 90% de los desperdicios se dispone en un lugar adecuado, según el último Informe Estado de la Nación.
También la mayoría de cantones del Valle Central deposita la basura en los rellenos sanitarios de Los Mangos (Alajuela), Navarro (Cartago), La Carpio (San José) y Aserrí.
Pero en Alajuela los cantones de San Carlos, Upala, Guatuso y Los Chiles entierran la basura sin darle tratamiento. Las quejas de los vecinos son constantes, debido a los malos olores.
María Luisa Ávila, ministra de Salud, sentenció: “Ninguna provincia es modelo de gestión adecuada de residuos sólidos”.
Dificultades. Édgar Cambronero, alcalde de Siquirres, indicó que las 45 toneladas de basura que se generan al día en ese cantón son enterradas en un terreno ubicado a cuatro kilómetros del centro.
Aunque este viernes se abrirá el relleno sanitario El Tomatal, en Limón, Cambronero ve difícil depositar basura allí pues no les alcanza el dinero para trasladarla.
Otro municipio en problemas es Nicoya. El Ministerio de Salud cerró el botadero local el año pasado por no reunir condiciones idóneas de operación.
Meses después, Nicoya recibió permiso para tirar parte de los desechos en ese lugar y para trasladar el resto a Santa Cruz, con la condición de que la basura viaje cubierta y se controle la caída de lixiviados.
Por otra parte, ya está en construcción un relleno sanitario en Liberia y hay otro en proyecto para Cañas que ya tiene los permisos.
Mientras, en el cantón de Corredores, Puntarenas, la basura es lanzada a un botadero a cielo abierto que atrae a decenas de zopilotes.
El alcalde Gerardo Ramírez manifestó que contrataron a un especialista para que haga un estudio del lugar y recomiende mejoras para el tratamiento de los desechos.
La Municipalidad de Puntarenas también intenta mejorar el vertedero controlado de Zagala, en Miramar de Montes de Oro.
Ahí llegan 240 toneladas diarias de desperdicios provenientes de Puntarenas, Montes de Oro, Esparza y Abangares.
En un vertedero controlado se tapa la basura pero no hay planta para tratar lixiviados. Colaboraron: Carlos Hernández, Freddy Parrales, Ronny Soto, Oliver Pérez y Laura Iglesias, corresponsales.