Una calle lastrada separa a la vivienda de Andrés Suárez del botadero de basura de la cooperativa Las Gaviotas, en Santo Domingo. En este sitio de la ciudad, hasta hace pocos días, se depositaban diariamente 300 toneladas de desechos sin ningún criterio técnico.
Ahora, el destino de los desperdicios está ubicado a un costado de la vía a Quinindé.
Suárez es jubilado de Petrocomercial. Él vive en Las Gaviotas desde hace 29 años. Cuenta que él y sus vecinos aceptaron que el Cabildo deposite los desechos en el lugar a cambio de obras.
Los resultados del acuerdo son evidentes: las calles vecinas de esta cooperativa ya fueron adoquinadas y lucen remozadas.
Obreros de la Municipalidad cubrieron la basura con tierra. Según Suárez, esto evita los malos olores en los días nublados. Él reconoce que la presencia de moscos se incrementó de manera alarmante y causa molestias.
“Hay ocasiones en que no podemos comer, porque los insectos se mezclan entre los alimentos”. Esto es más evidente durante el amanecer y pasadas las 18:00.
Suárez aspira a que las autoridades de salud fumiguen la zona, para evitar el brote de enfermedades contagiosas. “Aquí, los niños son vulnerables a las infecciones estomacales y a las fiebres”.
Por esta cooperativa cruza un estero de aguas servidas. En la ribera de este riachuelo viven Felícito Velásquez y Felicidad Noriega. Ellos son manabitas y personas de la tercera edad, que ocupan una casa de madera.
La vivienda de Velásquez y Noriega está a pocos metros de una montaña de basura. Los desperdicios están al aire libre. Un olor nauseabundo domina el ambiente y las moscas se pegan a la piel. La humedad es insoportable durante todo el día.
Paradójicamente, este matrimonio no siente ninguna molestia. “Ni la basura ni el estero de aguas servidas nos molestan. Lo que sí causa mal olor y da asco es un corral con nueve cerdos que tiene el vecino”, dice Noriega.
Los mismos problemas de la cooperativa Las Gaviotas afrontan los habitantes que viven junto a los antiguos depósitos de basura. Hay un botadero abandonado en el km 18 de la vía a Quevedo.
Otro en la acceso a Toachi y un tercero en el km 3 de la vía a Quevedo. El último que se abrió está ubicado en el km 9 de la carretera que conduce a Quinindé.
Hay otros tres basureros clandestinos en el baipás, que también afectan a los vecinos.
El relleno sanitario definitivo se construirá en el km 14,5 de la vía a Quinindé. Por ahora, la Municipalidad tramita la licencia ambiental para iniciar los trabajos. La ejecución estará a cargo del Consejo Provincial de Santo Domingo de los Tsáchilas.
El agua potable es escasa
Los pozos y los tanqueros abastecen de agua
Las viviendas de la cooperativa 2 de Mayo, de Santo Domingo, tienen un pozo de agua. Los vecinos sumergen los baldes a una profundidad de 12 m para extraer el líquido.
Hipólito Vera vive en esa cooperativa. En la calle de su casa sí hay redes de agua potable. “El problema es que cuando abrimos los grifos no sale agua, sino óxido”.
Por esta razón, la familia Vera saca el líquido del pozo con baldes y la vierte en grandes tanques de plástico color azul. De estos recipientes beben siete personas, entre ellas cuatro niños.
“A veces, cuando tenemos plata compramos botellones de agua para calmar la sed”, dice Vera. Cuando no hay dinero disponible, la opción es hervir el líquido o tratarlo con una dosis de cloro.
En la misma manzana vive Betty Reinoso. Ella decidió construir una cisterna. Mientras barre el frente de su casa, cuenta que cada dos meses paga USD 20 por el tanquero que le abastece. Para que el agua se mantenga limpia, compra cloro. Cada libra de este químico le cuesta USD 2.
La cisterna está en un patio lateral a la casa. La madre de Reinoso, Irene Rosero, se esfuerza por sacar el líquido con la ayuda de baldes. Lo necesita para lavar la ropa.
Una realidad similar se vive en todos los barrios marginales y cooperativas de vivienda de la ciudad. El agua potable es escasa.
El Municipio de Santo Domingo tuvo una propuesta para financiar la dotación de agua potable. El propósito era concretar un préstamo con el Gobierno de Corea, a través de Export–Import Bank, de ese país.
Pero en julio de 2008, el Gobierno Nacional negó el aval para el crédito de USD 41 millones. Esa decisión truncó, temporalmente, el proyecto municipal.
Antes de firmar la garantía para el préstamo, el Gobierno ecuatoriano pidió un informe al Ministerio de Desarrollo Urbano y Vivienda (Miduvi).
En el documento se dice puntualmente: “No es conveniente para los intereses de la localidad y de nuestro país, que el préstamo financie un contrato de este tipo. Santo Domingo ya pasó por amargas experiencias”.
La en ese entonces ministra de Vivienda, María de los Ángeles Duarte, aseguró que Santo Domingo cuenta con la capacidad suficiente en captación, conducción y tratamiento para 800 litros por segundo.
El pasado 15 de abril, el candidato y presidente de la República, Rafael Correa, ofreció financiar el proyecto de agua potable. Dijo que el Banco del Estado subsidiará el 80% del crédito.
Ese anuncio no despertó muchas esperanzas en Hipólito Vera y su familia. Él asegura que cada vez que hay elecciones abundan los ofrecimientos. “Pero en la realidad no hay nada concreto”.
Hacen falta centros comerciales
El comercio informal ocupa más espacios
Lidia Vite es una de las pioneras del comercio informal en la calle peatonal 3 de Julio. Ella tiene 44 años e instaló su puesto en ese sitio durante la administración del fallecido ex alcalde Ramiro Gallo, en 1992.
Desde ese año vende gafas, gorras y estuches para controles remoto. Estos artículos los exhibe sobre una tabla tríplex y sobre una malla de alambre, pegada a la pared. El puesto está entre las calles Tulcán e Ibarra.
“En este sector vendo muy poco, por la inseguridad”. Ella cuenta que mientras los transeúntes se paran para comprar, los arranchadores se llevan las billeteras, carteras, aretes…
La comerciante asegura que la Policía ronda permanentemente por ese lugar, pero no es suficiente. “Hay veces que los delincuentes roban delante de los uniformados. Ellos son atrevidos”.
Vite llega a su sitio de trabajo, todos los días, a las 07:00. A esa hora coloca una base metálica sobre la calzada. Sobre esta, ubica la mesa de tabla tríplex y una sombrilla, para protegerse del sol y la lluvia. Sus ventas diarias oscilan entre USD 20 y 30.
Vite trabaja hasta las 18:00. Cerca del anochecer, desarma su puesto y guarda sus artículos en cartones. Los lleva hasta una bodega cercana. Allí paga USD 12 mensuales por el arriendo. A eso se suman los USD 6 que cancela cada mes en el Municipio, por la ocupación de la vía.
Otro comerciante, Rubén Velásquez, es arrendatario de un puesto. Él paga USD 40 mensuales al propietario.
Él también es testigo de la inseguridad. Entre las 06:00 y las 07:00 empieza a armar sus puestos. “A esa hora, los ladrones merodean por todo lado y hay que tener mucho cuidado”.
Esta es una de las razones para que este comerciante de la esquina Ibarra y 3 de Julio esté de acuerdo con llevar su puesto a un centro comercial.
En el Plan de Desarrollo de Santo Domingo 2000–2010 consta la construcción del Centro integrado de mercadeo, transporte y otros servicios.
Según el ex alcalde Hólger Velasteguí, en este centro, se debe ubicar a los comerciantes informales que trabajan en las calles.
El propósito es que se desenvuelvan en condiciones humanas y mejores a las actuales. Pero las últimas administraciones municipales no ejecutaron ninguna obra de ese Plan.
Ahora, alrededor de 10 000 comerciantes, agrupados en 77 asociaciones, ocupan las avenidas de esta ciudad. Están en las calles Ambato, Guayaquil, Tsáchila y 29 de Mayo, entre otras.
El Departamento de Rentas del Cabildo recibe, por el cobro del uso de la vía a los informales, un promedio USD 155 874 por mes. Cada uno paga USD 6 por cada puesto instalado.
Una encuesta de la Universidad Tecnológica Equinoccial revela que el 96,3% de comerciantes informales está de acuerdo con su reubicación. Para este estudio, se entrevistó a 1 200 negociantes de diferentes zonas.
Verónica Zurita. Candidata por Movimiento País
La Empresa Municipal de Aseo se conformará
El problema de la basura lo solucionaré mediante la conformación de la Empresa Municipal de Aseo. Esta ejecutará un plan urgente que tendrá como punto central el establecimiento técnico de un relleno sanitario, así como la determinación de una zona de transferencia de carga y transporte. También se contempla la adquisición de camiones recolectores de basura. Para facilitar la recolección de basura, se dotará de contenedores metálicos, cerrados y de gran capacidad a los mercados y sitios estratégicos
Kléber Paz y Miño. Busca la reelección por el MIM
Hay que comprar 15 carros recolectores
Solucionaré el problema de la basura adquiriendo 15 carros recolectores, con un crédito del Banco Interamericano de Desarrollo. De esta forma, se ampliará y optimizará el servicio de recolección y transporte de desechos sólidos. La recolección se complementará con la construcción de un relleno sanitario. Para este fin, el Municipio ya tiene 18 hectáreas de terreno. Tenemos un convenio firmado con el Ministerio de Vivienda y la Prefectura de Santo Domingo de los Tsáchilas. Antes, se hará una consultoría.
Ángel Gende. Candidato por la A. Tsáchila
Construiré dos plantas de tratamiento
El problema del agua en Santo Domingo no es la captación, sino el tratamiento. Para la captación tenemos fuentes del río Lelia y en el futuro del río Damas. Por esta razón, propongo la construcción de dos plantas adicionales. La primera estará ubicada en la cooperativa Juan Eulogio y la segunda, en la Santa Martha. En estas potabilizadoras no utilizaré el sistema de clorificación. La razón es que este producto está prohibido por la Organización Mundial de la Salud. Lo que sí implementaremos es el sistema de ozonización. Hay que llevar el líquido a más barrios.
Lizardo Suárez. Candidato por Cambio Radical
Se replanteará el sistema de captación
La Planta de Agua de Santo Domingo tiene capacidad para potabilizar 800 litros por segundo (l/s). Pero solo se tratan 500 l/s. De este volumen, se desperdicia el 75 %, debido a las tuberías obsoletas. La solución es captar desde la planta de tratamiento de agua y enviar los 500 l/s, por los baipás Quito–Chone y Quito–Quevedo. Así se abastecería a los sectores urbano marginales durante las 24 horas. Después daré solución al casco urbano. Para esto, habrá que destruir las calles 29 de Mayo, Ambato y 3 de Julio, para cambiar la red de distribución.
Ramiro Mosquera. Candidato por Movimiento Laico
El diálogo será mi principal estrategia
La solución para el problema del comercio informal en Santo Domingo no es la construcción de centros comerciales similares al Paseo Shopping. Lo que queremos es que haya una mejor relación humana entre los comerciantes y los consumidores. Soy consciente de que necesitamos construir nuevos mercados para la reubicación del comercio que se realiza en las calles. Estas obras no se construyeron por falta de decisión política de las autoridades locales. La reubicación de los comerciantes se realizará sin presiones. Promoveré el mayor diálogo posible con los actores sociales.
Gladys Vega. Candidata por Frente Dignidad
Es urgente construir más mercados
El trato que se da a los comerciantes en las calles es inhumano; son perseguidos por la Policía Municipal y el Cabildo les cobra impuestos y no les dan las garantías para que se desarrollen. Ellos deberían tener un lugar seguro para ejercer sus actividades y servicios básicos. En nuestra administración nos preocuparemos por construir los mercados y centros comerciales populares, para que ellos sean los dueños de sus puestos. Estos locales se convertirán en centros de turismo. Cuando los comerciantes sean dueños de sus propios puestos se terminará la manipulación política.