El calentamiento del Ártico desde el inicio del siglo XX marca el fin de un ciclo natural de enfriamiento de 8.000 años y se debe probablemente a emisiones de gases de efecto invernadero producto de la actividad humana, según un estudio de climatólogos estadounidenses publicado ayer.
Analizando las capas de sedimento de antiguos lagos, los círculos de crecimiento de árboles, testigos de hielo y otros indicadores, los investigadores pudieron reconstituir la evolución del clima y de las temperaturas árticas con gran precisión, década por década, desde hace 2.000 años.
En los últimos 8.000 años, el Ártico recibió cada vez menos energía solar en verano, enfriándose 0,2 grados Celsius por milenio, un fenómeno que se explica por un cambio de eje de rotación de la Tierra.
Pero esta tendencia se invierte desde 1900, año que marca el inicio del aumento de las temperaturas, según la reconstitución del clima y de las temperaturas efectuada para los últimos dos milenios por parte de estos climatólogos.
Este calentamiento se aceleró después de 1950 y la pasada década fue la más cálida en el Ártico de los últimos 2.000 años. Actualmente la temperatura es 1,2 grados más elevada que en 1900.
“La cantidad de energía recibida del Sol en el siglo XX sigue disminuyendo pero la temperatura aumentó por primera vez y sin precedentes en los últimos 2.000 años”, indicó Nicolas McKay, de la Universidad de Arizona (sudoeste), uno de los coautores de este estudio divulgado en la revista Science. “El siglo XX es el primer siglo durante el cual la cantidad de energía solar ya no es el factor más importante que determina la temperatura del Ártico”, añadió.
La Tierra sigue alejándose del Sol y se encuentra actualmente a una distancia de casi un millón de kilómetros mayor, precisó Gifford Miller, profesor de climatología del Instituto de investigación alpina y ártica de Boulder (oeste), coautor del estudio.
Estudios precedentes mostraron un aumento de la temperatura casi tres veces más rápido en el siglo XX en el Ártico que en todo el hemisferio Norte.
“El Ártico es particularmente sensible al cambio climático provocado por la actividad humana”, observó Jonathan Overpeck, director del Instituto de Medio Ambiente de la Universidad de Arizona, otro coautor de la investigación, que precisó cinco años de trabajo.
Como el Ártico se calienta, el calentamiento se acelera ya que hay menos nieve y hielo que reflejen la energía solar. Las aguas y el suelo hundido en el Océano Ártico absorben el calor del Sol haciendo aumentar aún más la temperatura, explicó.
Los autores compararon sus resultados con la reconstitución del clima ártico realizada con un modelo informático del Centro nacional de investigación atmosférica de Boulder.
El modelo reveló las mismas tendencias de enfriamiento del Ártico durante 8.000 años y confirma las tendencias observadas en el terreno por parte de los investigadores.
Estos consideran que el calentamiento del Ártico tendrá consecuencias sobre el conjunto del planeta con el aumento del nivel de los océanos producto del derretimiento del banco de hielo.
Para el profesor Miller “este estudio (…) muestra cómo los gases de efecto invernadero provenientes de las actividades humanas trastornan el sistema climático natural del Ártico”.