La mancha urbana, la tala inmoderada y los basureros han devastado la reserva ecológica Cuxtal (vida, en maya), la única área verde de Mérida que aún tiene 10 mil 757 hectáreas de flora y fauna diversa y un potencial ecoturístico ignorado.
Aproximadamente 150 ejidatarios poseen terrenos en Cuxtal, dice Eleuterio Moo, su representante. No tenemos dinero para invertir en planes turísticos, tenemos familias que mantener y ninguna autoridad nos ayuda. Por eso vendemos nuestras tierras a las compañías constructoras, dice.
Desde su promoción como área natural, en 1993, hasta su declaración en 2004 como reserva ecológica, Cuxtal ha tenido escasa promoción como sitio para practicar el turismo ecológico.
Los ejidatarios ofrecen, a precios bajos, recorridos a caballo, en trucks (carritos de madera tirados por un potro sobre rieles de tren, tradición campesina casi extinta), visitas guiadas a las haciendas y convivencia con la naturaleza.
El sitio no ha sido explotado como turístico aun cuando cuenta con 16 cenotes –depósitos de agua de manantiales subterráneos–, siete haciendas restauradas que en el siglo XIX se dedicaban a producir la fibra de henequén y 22 zonas arqueológicas mayas de extensiones pequeñas.
Depredación sin control
La depredación, en cambio, es imparable. En 2007, el comité organizador de la Feria Yucatán, que se instala en la comunidad rural meridana de Xmatkuil, colindante con la reserva, decidió talar 11 hectáreas para construir un estacionamiento, sin solicitar autorización.
La indiferencia gubernamental fue mayor: el gobierno del estado, presidido entonces por el panista Patricio Patrón Laviada, y no la comuna emeritense, también de extracción blanquiazul, multó simbólicamente a los responsables de la feria, pero ambientalistas calificaron la sanción de farsa e insuficiente.
Empresarios de la construcción empezaron a edificar viviendas sobre los terrenos de la reserva ecológica. Los permisos, presuntamente, son autorizados por los pobladores de las comunidades rurales que requieren dinero urgente.
El secretario de Desarrollo Urbano y Medio Ambiente del gobierno estatal, Eduardo Batllori Sampedro, dijo que es necesario aplicar controles para la construcción de complejos habitacionales en la zona citada.
Indicó que gran parte de Cuxtal es tierra ejidal, por lo cual los campesinos y las autoridades deben dialogar para alcanzar un arreglo económico que beneficie a las dos partes y evite más el deterioro del hábitat.
Consideró grave que, además de la mancha urbana, los lugareños arrojen basura y defequen dentro y en la parte limítrofe del lugar. Una de las soluciones, plantea Batllori Sampedro, es construir fosas sépticas para que los habitantes no contaminen.
Escasea el agua
Víctor Castillo Escalante, del Centro de Investigaciones y Estudios Avanzados, dependiente del Instituto Politécnico Nacional, señaló que Cuxtal representa la única reserva hidráulica de Mérida pero que, desde hace varios años, es contaminada por desechos que se filtran desde los complejos habitacionales. Por lo tanto, el agua escasea y contiene niveles de residuos tóxicos mayores.
El investigador añadió que ahora es necesario perforar hasta 18 metros para encontrar agua limpia, cuando antes sólo bastaban ocho o 10 metros. Los complejos habitacionales provocan la contaminación del manto freático por los depósitos de basura, lo que vuelve más complicado encontrar agua limpia para el consumo humano, refirió.
Cuxtal fue promovida área natural protegida el 28 de junio de 1993 por el gobierno municipal de la panista Ana Rosa Payán Cervera, al reconocerse su importancia para el equilibrio ecológico de Mérida. El 4 de octubre de 2004, en otra administración panista, se declaró a Cuxtal reserva ecológica protegida.
El panista César Bojórquez Zapata, presidente municipal de Mérida hasta el pasado primero de julio, refirió en su momen- to que el problema de la zona protegida deberá ser resuelto por la siguiente administración municipal.
Su sucesora, la priísta Angélica Araujo Lara, reconoció que es compleja la situación de esa reserva natural, pues se tiene que conocer la magnitud del problema de deforestación y contaminación. En su momento afrontaremos el caso de Cuxtal, dijo.
La Jornada (México) 05-03-11