Qué es la huella de plástico y porqué es esencial para mitigar el impacto ambiental que generan los residuos plásticos.

Por Juan Pablo Weihs – Ingeniero Ambiental por la Universidad Católica Argentina (UCA), Gerente de Tecnología e Ingeniería Ambiental de Benito Roggio ambiental (BRa).

La amplia presencia del plástico en todo lo que nos rodea y el daño ambiental que produce representa un desafío global que requiere de acciones inmediatas.

El plástico es un material de fácil producción, económico y duradero. Es por estas propiedades que cuando ingresó al mercado industrial desplazó rápidamente a otras materias primas, como el vidrio y diversos metales.

La durabilidad y maleabilidad del plástico provocó importantes cambios en los hábitos de consumo desde su aparición en el siglo XX, impulsando diversos sectores productivos. Un ejemplo de ello, es la transición de envases de vidrio a envases plásticos.

La irrupción masiva a nivel global de este material generó una problemática ambiental: la gestión de los residuos plásticos. Esta cuestión se ve agravada por los insumos plásticos de un solo uso, que representan millones de toneladas adicionales de desechos.

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) estima que cada año se generan 400 millones de toneladas de residuos plásticos y el 85% de los plásticos de un solo uso terminan en vertederos o contaminando cuerpos de agua y paisajes naturales.

El proceso de degradación del plástico varía significativamente según su composición química y las condiciones ambientales en las que se encuentre. Se estima que una bolsa plástica de polietileno puede requerir entre 10 y 100 años para descomponerse, mientras que las botellas de PET (Polietileno Tereftalato) pueden extender este proceso a un rango de 450 a 500 años.

Es importante destacar que estas cifras solo representan una parte del problema, ya que, durante el proceso de descomposición, el plástico se fragmenta en microplásticos. Estas diminutas partículas plásticas tienen la capacidad dispersarse extensamente en el entorno, penetrando en los ecosistemas acuáticos y terrestres, así como en la cadena alimentaria. Esta dispersión puede acarrear consecuencias adversas para la salud humana, la biodiversidad y el medio ambiente en su totalidad.

Huellas ambientales

Hace algunos años se están implementado herramientas conocidas como «huellas ambientales» con el propósito de cuantificar y medir el uso y desuso de los recursos naturales y de los productos fabricados, permitiendo diagnosticar el impacto antrópico en el ambiente.

El término “huella” se utiliza metafóricamente para representar la marca dejada por las acciones de consumo y eliminación de residuos en el ambiente, análoga a la marca que dejamos al caminar. En este contexto, la huella que dejamos es la contaminación. Las huellas más conocidas son la ecológica, la de carbono y la hídrica. No obstante, frente a la necesidad de diagnosticar y avanzar contra la contaminación mundial por plásticos, se ha desarrollado una nueva métrica: la huella de plástico.

 

¿Qué es la Huella de Plástico?

Es una herramienta que permite contabilizar la cantidad de plástico vertido al ambiente por las actividades realizadas por una persona o una empresa durante un período de tiempo, generalmente un año, permitiendo identificar y tomar conciencia del impacto producido.

Específicamente, es una medición de las toneladas de plástico utilizadas en las actividades diarias y que posteriormente se descartan como residuos en sitios no adecuados para ello, o no son separados correctamente para su valorización previo a su disposición final.

Los motivos para calcular la huella no son solo por conciencia ambiental. Actualmente, en algunas organizaciones muchos de los procesos productivos han sido diseñados con tecnologías o materias primas que han quedado desactualizadas. Realizar el cálculo de la huella de plástico, les permite identificar los hitos principales que requieren atención y obtener información clave para detectar y diagnosticar situaciones de mejora en sus procesos productivos.

Para medir la huella personal, hay calculadoras virtuales y gratuitas online. En el caso de las mediciones organizacionales, existen alternativas sobre estándares que cuentan con procesos que permitan legitimar la medición. Ello es importante para validar la medición frente a instituciones y mercados comerciales.

¿Cómo se reduce la huella de plástico en una organización?

La reducción de la huella de plástico en una organización es un proceso que requiere una combinación de enfoques estratégicos y tecnológicos. Aunque no existen soluciones instantáneas, se pueden implementar herramientas tecnológicas que permitan optimizar los procesos y modificar el uso de materias primas vírgenes por materiales recuperados. Sin embargo, en ocasiones, aún con estas mejoras productivas la huella es alta. En estos casos, se puede considerar la compra de créditos de plástico para compensarla y alcanzar la neutralidad de plástico.

Cada crédito de plástico representa una tonelada de plástico recuperado y proviene de organizaciones que se especializan en esta labor. Estos créditos no tienen un precio fijo, y se comercializan dentro un mercado especifico.

Compromiso y responsabilidad empresarial

En los últimos tiempos, numerosas empresas implementan programas internos y estrategias para reducir, recuperar y reutilizar los plásticos que generan con sus actividades.

Además de contar con un programa interno de Basura Cero para promover entre sus empleados la disminución y separación de los plásticos, Benito Roggio Ambiental (BRa), como empresa especializada en la gestión y valorización de residuos, participa de iniciativas para abordar los desafíos ambientales del plástico a nivel nacional.

BRa participó junto a las más destacadas empresas y entidades del sector petroquímico de la creación de un consorcio intersectorial para llevar adelante un proyecto de reciclado de plásticos que sume valor agregado y mejore los procesos de reciclado actuales de este material.