Argentina | Buenos Aires | 05-08-2019

Son 10 mujeres que manejan camiones, se cuelgan de los estribos y recogen los residuos “secos”.

La recolección de basura es una tarea ruda. Siempre asignada a hombres acostumbrados a afrontar los obstáculos de las calles de la ciudad. Pero ahora en la capital bonaerense las mujeres se animan a manejar los camiones pesados y a dominar las bolsas de residuos. Desde hace dos semanas, un equipo de 10 «basureras» se incorporaron al plantel de la empresa que tiene la concesión para juntar los restos hogareños de La Plata.

«Es un desafío que no quise desaprovechar. Reconozco que el tránsito platense es complicado, pero no le tengo miedo», cuenta a Clarín, Paola Martínez , una de las conductoras que tiene asignado un sector del barrio Hipódromo en la ciudad capital.

Mientras Martínez conduce, Analía Guerrero y Camila Sein viajan en los estribos y saltan como resortes cuando asoma una bolsa verde. En una mañana fría de La Plata, las tres paran unos minutos para hablar con Clarín.

Paola es madre de dos hijos y esposa de camionero. «Mi marido me enseñó algunos secretos. Pero ya estaba familiarizada con el manejo de vehículos pesados», afirma.

La empresa concesionaria Esur dispuso que tres equipos de recolectoras se encarguen de los «residuos secos». En La Plata, desde hace 12 años los desperdicios hogareños se separan en origen. Por la noche, se juntan los «húmedos» y los «no habituales» (escombros, ramas o electrodomésticos). Y durante el día, se recogen las bolsas verdes con residuos reciclables que los vecinos depositan sobre las veredas.

Las recolectoras encargadas de levantar las bolsas verdes se reparten tramos de 40 manzanas en el Hipódromo, cerca del hospital San Martín y en el barrio La Loma, en el sector norte.

«Esto comenzó a fines del año pasado cuando hubo una propuesta del gremio de Camioneros para que incorporen mujeres a las áreas de recorridos callejeros. Todas nosotras éramos barrenderas. Nos capacitaron en conducción, nos prepararon y ahora estamos en las calles», explica Guerrero, quien también tiene un conductor de camiones en su casa: está casada con un chofer y tiene tres hijos.

La rutina tiene estos pasos. «A las 6 vamos a retirar el camión a la base, en 19 entre 519 y 520. Nos preparamos y dos horas después empieza el rondín. Para el mediodía está terminado y después vamos a los centros de reciclado», detalla Paola, a quien todos conocen por su apodo, «Tata».

La basura «verde», la que luego va a los complejos de recuperación (de Abasto, Melchor Romero y Los Hornos) es más liviana. «Y hay sólo 8 o como máximo 10 paradas por cuadra. No es necesario correr tanto. El trabajo de los muchachos con la basura no reciclable, a la noche, es más duro», reconoce Camila Sein, la otra integrante del equipo, que también va prendida del estribo.

«No tuve problemas con el tránsito. Y tampoco con los automovilistas. Algunos miran asombrados. No pueden creer que haya una mina manejando. Pero hasta ahora no hubo situaciones de discriminación o agresión», aclara orgullosa Martínez. Hubo, dice la operaria, más prejuicios en otros ámbitos. «Mis amigas me decían que no iba a poder atender a mi familia. Por suerte me queda tiempo para estar con mis hijos de 18 y 9 años, y hasta me doy el lujo de criar también a los hijos del corazón. Unos sobrinos encantadores que la vida me puso adelante», dice y se emociona.

Por supuesto, también, el paso de la escoba al volante representó una mejora económica. Su sueldo está por encima de los $ 35 mil por guiar el vehículo por las calles platenses.

En total son 10 las mujeres. Tres equipos de tres y una suplente. Por ahora es novedad, pero en la empresa no cierran la posibilidad a más incorporaciones femeninas. «Ya nos hicimos conocidas en el barrio. Las vecinas nos saludan y hasta nos alcanzan alguna factura o café caliente. Son muy amables y receptivas», se entusiasma Sein, la más joven del grupo.

La capital bonaerense tiene otros cambios en la gestión de residuos. Desde el 19 de junio cuenta con un nuevo sistema de contenerización. Se instalaron los primeros 100 recipientes destinados a los residuos húmedos en las principales arterias de La Plata. La gestión del intendente Julio Garro apuntó a repetir las experiencias de la Ciudad de Buenos Aires, Rosario y Mendoza. “Además de obtener una recolección más moderna, ágil y segura, el sistema es importante para evitar inundaciones, porque reducirá notablemente la cantidad de basura en la vía pública y, en consecuencia, las posibilidades de anegamientos u obstrucciones cuando llueve”, explicó el jefe comunal.

Ya se instalaron recipientes en el casco fundacional: Plaza Italia, en avenida 7 y 44; diagonal 74; Plaza Moreno, en calle 12 y 50; avenida 51; Plaza San Martín, en 51 y 7; y avenida 7, hasta la Plaza Italia. Es un «triángulo» en la zona céntrica donde se inauguró la nueva medida.

El Municipio platense pretende llevar la iniciativa hacia otras zonas del casco fundacional de la ciudad, y a las 23 localidades del partido. Su gran ventaja es que mejora la higiene de las veredas, porque ya no habrá bolsas exhibidas o basura desparramada que pueda tapar los desagües y las bocas de tormenta. «Nos va a permitir profundizar la separación de residuos”, consideró Garro.

Ahí habrá más tarea para las chicas. «Con nuestra presencia en las calles, demostramos que se pueden romper casi todas las barreras. No hay límites», dice Paola Martínez, recolectora de basura, en una auténtica declaración de principios.

FUENTE:
clarin.com ( Argentina )