A partir de la separación de residuos que se realiza a nivel domiciliario en distintos puntos de la ciudad, la Ecoplanta de General Daniel Cerri trabaja a pleno y con materiales que llegan en mayor cantidad y mejor calidad.
Así lo señaló a este diario Silvana Viana, tesorera de la cooperativa de trabajadores formada para desarrollar tareas de reciclado.
«Hoy por hoy, la gente está más concientizada, más comprometida, por lo que ha mejorado la separación en los domicilios. A nosotros no interesa más la calidad que la cantidad. Antes había mucha cantidad pero la calidad era mala. En el último mes aumentaron las toneladas procesadas en un 20 por ciento y han llegado material de mejor calidad», señaló.
Viana comentó que los residuos en Cerri se levantan todos los días con un camión y un chofer municipales, pero con recolectores de la Ecoplanta.
«Cerri siempre fue uno de los sectores que mejor ha separado los residuos. No obstante, eso se estaba perdiendo, pero ahora vemos que la gente empezó nuevamente a dividir los materiales. Eso se debe a que los recolectores y quienes trabajamos en la Ecoplanta estamos teniendo mayor contacto con la población. Siempre hemos hablado con los vecinos, pero el contacto ahora es más fuerte», dijo.
A estos residuos se suman los materiales para reciclar que provienen de los puntos limpios ubicados en supermercados, escuelas y sociedades de fomento de la ciudad y del polo petroquímico.
«Estos aportes son muy valiosos porque son materiales separados y limpios», dijo Viana.
La tesorera de la Ecoplanta comentó que en invierno se recibe más basura orgánica que inorgánica, mientras en la temporada estival la ecuación se invierte.
Durante agosto, la cooperativa procesó, en promedio, 16 toneladas de residuos por día.

Mercadería y precio. Los plásticos, cartones, papeles, vidrios y la chatarra son materiales preciados para la Ecoplanta, que los separa, transformándolos en mercadería. El material que se descarta es llevado al relleno sanitario.
Los plásticos (pet) son vendidos a empresas de Buenos Aires, a 2,60 pesos por kilo –con flete a Buenos Aires incluido–. Los cartones y papeles son llevados a la papelera que funciona en Tornquist, donde se comercializan a 0,70 y 0,40 pesos por kilo, respectivamente. La chatarra se vende en Punta Alta y se cotiza según su tipo; en promedio, se comercializa a 0,50 pesos por kilo. El vidrio, que tiene un bajo valor de venta y es de díficil manipulación, se vende a un particular a 0,30 pesos por kilo.
Viana comentó que la Ecoplanta tiene los balances presentados, los monotributos y seguros de los 40 trabajadores están al día y factura con talonarios A.
Esta situación ordenada le permitiría a la entidad gestionar créditos, por ejemplo, para adquirir máquinas para sumarle valor agregado a los residuos que separa, trasnformándolos en mangueras y otros elementos de uso.
No obstante, comentó que, como suelen producirse mermas en los rindes, la cooperativa evita tener deudas por lo que no se tramitaron préstamos.

Relevamiento en toda la ciudad

Para mejorar aún más la cantidad y calidad de residuos que llegan a la Ecoplanta –entre otros fines–, la subsecretaría de Gestión Ambiental del municipio, con el apoyo económico de Dow Argentina y la participación de la firma Covelia y de Plapiqui (Planta Piloto de Ingeniería Química-Conicet), inició el último martes un relevamiento de residuos en toda la ciudad.
Los camiones con la basura proveniente de distintos puntos de la ciudad llegan a la Ecoplanta por la noche y a las 13 del día siguiente los desechos son clasificados por los trabajadores del lugar y registrados por los profesionales.
«El proceso de separación de esos camiones nos lleva entre dos y tres horas, sumándose a las tareas habituales», comentó Viana.
La realización de este estudio integral comenzó el último martes y servirá para definir qué tipo de residuos domiciliarios se arrojan en los distintos barrios de la ciudad y en las localidades de Ingeniero White, General Daniel Cerri y Cabildo.
Esto servirá para replantear, entre otras cosas, el programa de separación de la basura urbana en los domicilios.
Ya comenzaron a medirse diferentes parámetros, como el peso de basura que se arroja por zona y los porcentajes de materiales orgánicos e inorgánicos, según cada circuito.
«El objetivo es saber qué estamos tirando, no sólo en cuestión de volúmenes sino que pretendemos tipificar los residuos por sectores y líneas de recolección», expresó el subsecretario de Gestión Ambiental, Sebastián Serra.
«Queremos conocer esos volúmenes de residuos para arribar a conclusiones teniendo en cuenta la distribución espacial de la ciudad y los niveles socioeconómicos de los barrios», comentó.
Una vez que se conozca el estudio de base y se sepa qué residuos se generan por circuito o barrio, se podrá establecer claramente un esquema de trabajo en el marco del programa de separación domiciliaria, definiendo etapas, lugares y proyectos de concientización adaptados a cada población.
Según Serra, lo que se tira depende mucho del nivel socioeconómico de los lugares: cuanto más ingresos, más residuos inorgánicos se arrojan.
«Esto servirá para no ampliar el programa en base a nuestra idea general, sino a partir de datos claros, con indicadores confirmados que permitan optimizar el curso del programa y los planes de concientización, los cuales pueden ajustarse según cada sector», indicó el subsecretario.
La realización de este estudio no implica la detención de la separación en origen del residuo domiciliario que se está practicando en distintos puntos de la ciudad.

FUENTE:
DOUGLAS JAVIER LEON.
La Nueva Provincia de B. Blanca (Argentina) 01-10-12