Durante muchos años autos, camionetas, camiones, motos y bicicletas estuvieron hacinados, convirtiéndose en chatarra, en depósitos a cielo abierto dentro del casco urbano. Tras muchas quejas y reclamos de los vecinos fueron trasladados a un nuevo predio pasando la avenida de Circunvalación a unos 500 metros de la Escuela 17, cerca de la laguna El Carpincho. En síntesis se puso la basura bajo la alfombra.
El domingo La Verdad contó la historia de los policías afectados al cuidado del nuevo deposito de chatarra ubicado a 500 metros del Boliche Amarillo y la Escuela Nº 17.
Allí vehículos olvidados por sus dueños y por la Justicia, se acumulan convertidos en chatarra y en incubadoras de posibles enfermedades.
El lugar es un perfecto escenario para la proliferación del Aedes Aegypti -responsable de la trasmisión del dengue- que con la llegada de la primavera comenzarán a dejar el estado de hibernación, para transformarse en una amenaza real.
Pero la solución de este problema parece estar lejos del alcance de los juninenses, ya que desde la municipalidad aseguraron que no pueden hacer nada, porque la decisión corresponde a la Provincia.
Mauro Gorer, secretario de Gobierno del municipio, señaló que la mayoría de los vehículos en el lugar están bajo jurisdicción de
la policía provincial y otro tanto de la Federal, aunque admitió que también en el predio se encuentra parte de la chatarra que estaba en el depositó de calle Sampayo, perteneciente a la ciudad.
Más allá de quién tenga la responsabilidad del caso, lo que si se ve es que hace falta una decisión política para encontrarle una solución al problema.
Si bien esta gestión heredó los reclamos del predio lindero a la ex Escuela Comercial, tardó seis años en mudar la chatarra que era cada vez más peligrosa para los vecinos y para la comunidad educativa del establecimiento.
Se hizo en medio de una crisis epidémica de dengue en el país, y a pesar de que en la ciudad no se registraron casos, si se encontró al mosquito trasmisor de la enfermedad.
Ahora el problema se trasladó a solo 500 metros de una escuela, un jardín de infantes, varias casas y un punto tradicional de la ciudad, el Boliche Amarillo.

Sin respuestas a otro pedido
Magdalena Ricchini, presidenta de la Comisión de Salud Pública y Medio Ambiente, junto al edil Adrián Feldman presentaron un pedido de informes sobre la situación del relleno sanitario.
En el mismo se expresaba: “La gravedad de lo que sucede en el relleno sanitario de Junín, que involucra no sólo a vecinos sino también a gente que consigue su miserable sustento en condiciones espantosas ante ausencia total del Estado Municipal”.
El pedido, hecho hace más de un mes, todavía no tuvo ninguna respuesta por parte del Ejecutivo municipal, según explicó la edil de la Coalición Cívica.
“Hay montañas de basura, que como llega se tira, no se separa. Ni siquiera se respeta el tema del nylon de tantos micrones para que no se contaminen las napas”, dijo.
Además señaló que son terribles las condiciones en las que se encuentran un gran número de hombres, mujeres y niños durante las 24 horas, “seleccionando basura en condiciones tremendas”, dijo.

La Verdad de Junin (Argentina) 25-08-09