Luego de esta nueva visita a la Fundación Biosfera, a dos cuadras del inmenso Parque Saavedra, sentí, una vez realizada la tarea, que, tan sólo por publicarse, crecería en el mundo la conciencia de los seres. Que la Tierra, a su vez, sentirá el alivio de saber en qué ponen sus manos estos humanos “preocupados y proactivos”, con tantas ideas simples como aplicables. Desde su presidente, Horacio de Beláustegui, hasta el último miembro, fueron coautores hace tiempo de la ordenanza de Residuos Orgánicos. De allí parte esta entrevista, con la esperanza de que “desde sus hogares” resurja otra organización.
La idea es “evitar que se hagan malas prácticas ambientales, como tirar la basura y que se acumule en la Ceamse”.
La basura, en definitiva, es energía. Y en el ámbito ecológico, esa transferencia de energía de un lugar a otro tiene su utilidad.
¿Qué propone esta Ong? Que copiemos a la naturaleza; en otras palabras, como señaló el joven francés Gauthier Delcloy, “rompemos el ciclo natural de la vida”. Gauthier llegó a nuestra ciudad enviado por la Universidad de Lyon, para seguir tomando conocimiento en Argentina, en Biosfera.
No cuidar la tierra es no cuidar el planeta, y todo empieza desde el propio cesto de basura. ¿Qué hacemos? El muy amable Beláustegui no ahorra palabras para abrir las mentes: “Si visitás una selva o un bosque natural, no vas a ver acumulados troncos, restos de animales, huesos o estiércoles, la naturaleza los recicla. De alguna forma, deberemos tratar de mejorar las acciones o emplear buenas prácticas para que se recicle en los hogares”. De allí surgirá un “producto final, que será el compost, utilizado por las plantas en la producción para abonar la huertita de casa (planta de tomates, de acelga, etc.) o producir a mayor escala”.
Salud y otros beneficios
En los aspectos personales y colectivos, esta forma de cuidar nuestros residuos resulta a su vez una forma de cuidarnos todos, más allá de nuestros umbrales. Un buen abono además es ahorro de dinero, y produce una tierra rica en la maceta. Disminuimos el transporte de los camiones recolectores, es decir, en el gasto de combustible, además de ganar espacio en los rellenos sanitarios. Allí se produce metano, que es muy nocivo, además de gases de efecto invernadero.
Cerca de 700 toneladas diarias de residuos se generan en el Gran La Plata. La mitad es materia orgánica. Con un porcentaje pequeño de esos residuos de los hogares se mejoraría la calidad de vida. “No pretendemos que lo hagan los de departamento, pero la mayoría tiene su patio y puede aplicarlo”.
“Aparte de tener una huerta grande -advierte Beláustegui-, ya no tenemos depresión. Una vez vino un señor mayor a un curso y me dijo: ¿Sabe por qué quiero hacerlo? Porque quiero volver a la infancia. Era un cable a tierra con la naturaleza. La vida misma se desarrolla en una planta”, reflexionó.
Pero la frase que con más crudeza resonó fue cuando este especialista deslizó que “anualmente, un 15% de la tierra cultivable se pierde”.
La alternativa para los residuos de naturaleza orgánica dan beneficios personales, familiares y comunitarios. Haciéndolo bien, no toma demasiado tiempo y no deja olor.
Cursos de Biosfera
La Fundación Biosfera se encuentra en calle 16 número 1611, entre 65 y 66. Los cursos son diversos y están a punto de iniciarse (dependerá de los inscriptos en cada uno de ellos). Cabe nombrarlos: educación ambiental; cultivo de hongos comestibles; flora autóctona en parques y jardines; huertas familiares; jardinería y diseño; forestación urbana, suburbana y rural; lombricultura práctica; cultivo de orquídeas. Su página web es biosfera.org y el teléfono, 457-0481. Su correo electrónico es cursos@biosfera.org.
FUENTE:
Hoy de La Plata (Argentina) 25-02-12