La energía compactada en una pila permite escuchar música, operar a distancia equipos electrónicos y mantener en funcionamiento otros aparatos como cámaras fotográficas y teléfonos celulares. Cuando esa energía se extingue, generalmente se tira la pila a la basura. Ese acto en apariencia inofensivo representa un serio problema, pues las pilas contienen sustancias de elevada toxicidad que amenazan nuestra salud.
La iniciativa oficial permitirá que la población en general conozca los riesgos de la contaminación se produce generalmente la pila por lixiviación, ya que el proceso electroquímico de la misma no se agota cuando ésta deja de entregar energía suficiente, sino que continúa produciendo corrosión por diferencia de potencial, que deriva en la destrucción de la envoltura metálica. De este modo los iones de los metales pesados pasan a formar parte del lixiviado.
Asimismo, la folletería que será distribuida en diversos sectores de la comunidad, ofrecerá fotos y explicaciones sencillas y precisas del peligro que encierran las pilas usadas. Así se podrá saber que en el interior de estos elementos hay distintos metales pesados según el tipo de pila o ácidos, que son muy nocivos para el ser humano y el medio ambiente.
Si bien se aclara que durante su uso no plantean riesgos dado que la cápsula aísla eficazmente su interior del medio, la contaminación se produce por un proceso –lixiviado- electroquímico de las pilas, ya que no se agota cuando ésta deja de entregar energía suficiente sino que continúa produciendo corrosión por diferencia de potencial, que deriva en la destrucción de la envoltura metálica, volviendo a las pilas en residuos de alta toxicidad, y por lo tanto peligroso.
Una sola pila de mercurio puede contaminar 600.000 litros de agua y una alcalina 167.000 litros (un hombre utiliza durante toda su vida unos 135.000 litros de líquido, 5 litros al día durante 75 años), y una pila normal puede contaminar hasta 3000 litros de agua.
EL CONSUMO EN LA ARGENTINA
Se estima que en nuestro país se consumen un promedio de 10 pilas por persona por año, cuando se agotan, en general van a la basura común, por lo cual sí se produce una filtración de lixiviados en un relleno, los metales pueden contaminar las aguas subterráneas.
Asimismo y para acercar una mayor dimensión del problema de contaminación basta mencionar que en el país se venden cinco tipos de pilas no recargables, las constituidas por carbón – zinc y las alcalinas son las más comunes, la usamos para radios, linternas, walk-man, etcétera. Ambas contienen diferentes porcentajes de mercurio. Las otras tres contienen cloruro de zinc, óxido de plata y óxido de mercurio, también se venden mucho y son las baterías, botón de los relojes, calculadoras, cámaras de fotos. El porcentaje de óxido de mercurio en éstas puede llegar al 50 por ciento de su peso total.
CAMBIO DE CONDUCTA
Para empezar a cambiar, lo que no se debe hacer con las pilas es arrojarlas al inodoro o a los ríos o quemarlas porque desprenden metales ni enterrarlas porque contaminan las napas o tirarlas a la calle. Evitar consecuencias posteriores sería, por ejemplo, depositar las pilas usadas en una botellita de agua mineral o bebida gaseosa, porque el envase de plástico ayuda a que estas no contaminen el agua. No mezclar las pilas nuevas con las usadas porque se reduce la vida útil de ambas y utilizar preferentemente artefactos conectados a la red eléctrica, no dejarlas al alcance de los niños y tratar de no utilizar aparatos a pilas cuando pueden ser reemplazados por otros.
Fuente: Prensa – Gobierno de Chaco