El presidente de la empresa municipal Crese, Eduardo García, pidió a la Municipalidad de Córdoba más controles sobre la descarga ilegal de residuos en los más de 90 basurales de la Capital provincial. Además, indicó que la firma gastó más de 10 millones de pesos en el último año para limpiar terrenos baldíos, la mayoría a través del servicio que se contrató a la empresa Pol.
“Se trata de una pelea con mucha plata, y si no tenemos el poder de policía por parte del municipio y la conducta de los ciudadanos, se hace insostenible”, manifestó García. El titular de Crese aseguró que se gastan 850 mil pesos por mes para limpiar los basurales, y que en ese mismo lapso de tiempo se retiran en promedio 24 mil toneladas de desechos. El gasto es de 27.400 pesos por día. Con eso, se podrían servir 6.650 raciones del Paicor por día.
Pero la basura sigue desparramada en decenas de puntos de la ciudad, fruto de la falta de control por parte del municipio y de la actitud desaprensiva de los ciudadanos. Se limpia, y a los pocos minutos, se está descargando basura otra vez.
La ausencia del poder de controles en cuanto a arrojar de manera ilegal residuos en la vía pública es evidente: según cifras oficiales, el año pasado se labraron 124 actas por esa infracción. En cambio, se aplicaron 3.413 multas por no poseer en condiciones de higiene un terreno baldío. Es decir que se sanciona muchísimo más la consecuencia que la causa.
García opinó que si se atacara el problema de raíz, con fuertes castigos a los que utilizan a los carreros para deshacerse de escombros y poda, comenzaría a cambiar la conducta social. “Si no, hay que triplicar los gastos en limpieza, llevarlos a cuatro millones de pesos y seguir financiando una inconducta”, subrayó el directivo.
El titular de Crese aclaró que no se debe punir al carrero que lleva la basura, sino al vecino que le entrega los desechos. “Si el inspector municipal recorre las calles, tiene que sancionar al que genera los desechos”, agregó. Según la empresa, un carrero tiene un radio de acción de entre 15 y 20 cuadras, por lo que los residuos de los basurales se producen en la misma zona.
La frecuencia. El lunes pasado, La Voz del Interior publicó un informe sobre los basurales que se extienden sobre calles de la ciudad. Crese informó que esos lugares fueron limpiados al menos una vez por mes en el último año.
Por ejemplo, el tramo de la Cañada entre los puentes Kronfuss y Tronador se limpió 10 veces, la Costanera entre el vado Sargento Cabral y el puente Monteagudo 13 veces y la calle Américo Vespucio 16 veces. En otros lugares, como la villa Los Galpones de Alta Córdoba, se tuvo que suspender el servicio por falta de seguridad.
Conducta, sanción e inclusión
Hay una cuestión de fondo: la falta de compromiso ciudadano con el espacio público, compartido por todos sus pares.
Por Diego Marconetti
El constante pedido de más control por parte del municipio en casi todos los problemas que tiene la ciudad de Córdoba es atravesado por otra cuestión de fondo: la falta de compromiso ciudadano con el espacio público, compartido por todos sus pares.
Cuando se trata de buscar los responsables por la existencia de basurales se apunta a los carreros. Se omite, tal vez por hipocresía, un eslabón inmediatamente anterior: el vecino que hace uso de ese “servicio” que, por unos pocos pesos, hace “desaparecer” las podas o los restos de escombros del frente de sus casas.
Sería muy inocente pensar que esos “usuarios” no saben que la basura terminará en algún terreno baldío de la zona, y perjudicando a varios vecinos que tienen que padecer los olores, roedores y alimañas que acompañan esos lugares. En definitiva, vecinos que perjudican a vecinos: un verdadero signo de incivilización y de inconducta ciudadana.
Los más de 90 basurales de la ciudad son fruto de sus habitantes. Puede que para solucionar el problema haga falta mano dura municipal, y en ese sentido las cifras en el ranking de multas hablan por sí solas: las 124 actas labradas en 2009 por depositar escombros en la vía pública ponen en evidencia el poco interés municipal por sancionar a los responsables de arrojar ilegalmente sus residuos.
Se puede agregar en ese renglón otra de las causas por las cuales la ciudad luce sucia: sacar la basura fuera de horario. La propia Municipalidad logró que se aumentara el monto que tienen que abonar estos infractores, so pretexto de empezar a solucionar el problema de los desechos desparramados por toda la ciudad. El año pasado, sólo por la basura fuera de hora, hubo 43 sanciones.
Las herramientas para empezar a corregir las inconductas están, sólo falta la voluntad de aplicarlas.
Por otro lado, se deben profundizar las acciones para incluir a los carreros en el circuito formal de la basura. Se avanzó en el área central con la implementación del punto verde de Base Mitre y con los zootropos, que permitieron abandonar la tracción a sangre. El resto de la ciudad todavía espera por políticas más activas de inclusión.
La mesa tiene tres patas: conducta ciudadana, sanción a los infractores e inclusión de carreros. Mientras no se trabaje sostenidamente en esos aspectos, la ciudad seguirá condenada a ver cómo se multiplican los basurales de manera incontrolada.
Limpiarán todos los días el cauce de la Cañada
Una decena de operarios de la empresa Crese comenzó días atrás la limpieza del cauce del arroyo la Cañada.
El tramo que contará con el servicio es el comprendido entre barrio Bella Vista y la desembocadura al río Suquía.
Desde hace unos días, se puede ver a un grupo de personas vestidas de blanco y con máscaras caminando por el lecho de cemento del tradicional arroyo cordobés. Se trata de una decena de operarios de Crese que tiene bajo su responsabilidad la limpieza de la Cañada, que en muchos tramos se asemeja a cualquiera de las decenas de basurales de la ciudad.
Los trabajos comenzaron con una pala mecánica que recorrió el tramo, quitando la parte más importante de los desechos que “adornaban” el cauce. Se retiraron 14 bateas de 23 metros repletas de residuos. Luego fue el turno del trabajo manual de los empleados de Crese. El primer tramo que ya luce limpio es el comprendido entre Humberto Primero y bulevar San Juan. En tanto, se trabaja hacia el sur retirando la basura.
En ese lugar todavía se puede apreciar todo tipo de elementos: desde animales muertos, escombros, poda, hasta cubiertas de auto.
“Se va a hacer un servicio diario de barrido. Todos los días se va a barrer una mitad, o sea que cada dos días va a pasar el barrido de Crese”, comentó el titular de la empresa municipal, Eduardo García.
No obstante, hay un sector del arroyo que Crese no va a poder limpiar: se trata de la desembocadura con el río Suquía, que se encuentra repleta de basura. Según indicaron desde Crese, para limpiarlo se necesita un dragado del sector.
La Voz del Interior (Argentina) 13-09-10