Innviron llegó a Córdoba publicitando sus antecedentes en materia medioambiental y su "experiencia" en los más diversos lugares del mundo. Sin embargo, es muy difícil corroborar lo que dice la empresa, y más aún, encontrar algún lugar en el que se encuentre operando una planta de gasificación de basura como las que quiere instalar en la provincia.
La primera aparición de Innviron fue en abril de 2009, cuando tomó contacto con funcionarios de la Municipalidad de Córdoba para proponer un innovador sistema de tratamiento de residuos.
En ese momento, el municipio se encontraba con el problema de la cada vez más fuerte resistencia de los vecinos de Bouwer, para que no se siguiera depositando la basura en el enterramiento sanitario de esa localidad.
Innviron presentó una iniciativa privada para instalar "tres o cuatro" plantas de gasificación en la ciudad, para generar en cada una de ellas unos 10 megavatios de energía, según decía el presidente de la firma, Neil Williams. A cambio, la Municipalidad debía abonar unos nueve dólares (unos 35 pesos) por tonelada de desechos tratada. Una de las cuestiones más llamativas de esa intención fue que, a principios de mayo de ese año, Córdoba ya aparecía como cliente en la página web de la empresa, cuestión que luego fue corregida.
Como la iniciativa privada necesitaba pasar por el Concejo Deliberante, se optó por un llamado a licitación por parte de Crese. La empresa municipal tiene la potestad, gracias al estatuto que aprobaron todos los concejales del Frente Cívico cuando aún se mantenía unido el bloque, de tercerizar prácticamente cualquier servicio.
El proceso licitatorio comenzó a finales de 2009, y concluyó en mayo, cuando se adjudicó al único oferente: Innviron. Pero esta vez ofreció una sola planta que generaría 80 megavatios de energía, llamativamente más del doble que en la propuesta original y con la misma cantidad de residuos (unas dos mil toneladas diarias). Además, el precio por el tratamiento de cada tonelada también se duplicó a 73 pesos por tonelada.
También se detalló aun más el proceso propuesto: Neil Williams utilizó diapositivas para explicar cómo funciona la gasificación de basura. Según sus propias palabras, "es el sistema más limpio que se puede conseguir en el mundo". Sin embargo, es difícil encontrar en qué parte del mundo Innviron opera alguna planta similar a las que se quieren instalar en la Capital, en Bouwer, Río Cuarto y Villa María.

Los antecedentes. Según las dos páginas web de Innviron (www.innviron.com y www.igtenergy.net), el proceso de gasificación propuesto fue desarrollado por la propia empresa. Allí también se detallan sus antecedentes: principalmente en el desarrollo de proyectos de enterramientos sanitarios, pero ninguno en la operación propiamente dicha como quiere actuar en Córdoba.
Cuando se busca sobre plantas en funcionamiento con el proceso de gasificación, no hay ninguna, todas están como proyectos, pese a que Williams había dicho que era vecino de uno de esos establecimientos, en Florida (Estados Unidos). Y entre esos proyectos, están justamente los de Córdoba, Villa María, Río Cuarto y Bouwer.
También se nombran otros tres proyectos: en Puerto España (Trinidad y Tobago), en la base militar Fort Dix y en el condado de Toombs County, Georgia (ambas en Estados Unidos). Este último caso también es llamativo, pues se dijo en Crese que sería visitada por una comitiva de cordobeses para verificar su funcionamiento.
No obstante, y según pudo verificar este diario, la planta de Georgia está siendo construida por la empresa America Waste to Energy, bajo un proceso diferente al que Innviron quiere construir en Córdoba: se denomina "Biosphere" y está patentado por esa firma.
America Waste to Energy aparece como subsidiaria de otra empresa mayor, llamada Freedom Renewable Energy Corporation. De Innviron, ni noticias.

¿Por qué están seguros de que no contaminan?
Ni Crese ni la Municipalidad de Córdoba han informado que personal técnico haya visitado algún establecimiento del oferente para corroborar que lo que propone es cierto. Diego Marconetti.
Imagine esta situación: usted quiere comprar un vehículo con determinadas características y publica un aviso detallando sus necesidades. Al poco tiempo, una persona se contacta y le dice que tiene exactamente lo que usted anda buscando.
Seguramente, usted va ver si lo del oferente satisface sus necesidades, y si sus conocimientos son acotados, irá acompañado por un mecánico para verificar el vehículo antes de comprarlo. Suena lógico, ¿verdad?
Paradójicamente, el proceso por el que se va a decidir el destino de la basura de Córdoba por los próximos 10 años va en camino contrario. Crese realizó un proceso licitatorio y se presentó un oferente, con el que se está a punto de firmar un contrato.
Pero ni Crese ni la Municipalidad de Córdoba han informado que personal técnico haya visitado algún establecimiento del oferente para corroborar que lo que propone es cierto, más aun cuando es un tema tan sensible como el tratamiento de la basura y su impacto en el ambiente.
Sin embargo, el intendente, Daniel Giacomino, y el titular de Crese, Eduardo García, repiten y remarcan que el proceso es limpio, que no contamina. ¿Sobre qué fundamentan esa posición, si Innviron no tuviera en funcionamiento ninguna planta como la que proponen para Córdoba?
Por eso es razonable el rechazo de los vecinos de cada lugar en el que se pretende instalar la planta de Innviron; ya que ni Crese ni el municipio tienen, por ahora, una respuesta lo suficientemente confiable para disipar las dudas. La única certeza a la fecha es que nadie sabe realmente si lo que propone la firma estadounidense es aplicable.
La Voz del Interior (Argentina) 05-07-10