Sobre un total de 537 casos del total provincial, una encuesta realizada por la Fundación Pensar y Hacer para el Desarrollo Integral, otorga el increíble 100% de respuestas negativas a la pregunta: ¿le parece aceptable que se instale un vertedero de basura cercano a su hogar al que se traiga lo recogido en una cuarentena de localidades?
Ese es el punto de partida para que esta ONG, según sus autoridades, se haya dedicado a trabajar en una propuesta alternativa a las hasta ahora planteadas, y que parte del más simple y obvio de los principios: “el que genere la basura debe tratarla”.
No se trata del proyecto tantas veces oído a lo largo de la última década acerca los 12 enterramientos regionales, que nadie quiere en su localidad y que, tampoco, está dispuesto a financiar.
Los residuos domiciliarios de la provincia de Córdoba están compuestos por una matriz que contiene materiales recuperables y reciclables en porcentajes tales que en el mercado mayorista se pueden vender a razón 100 pesos por habitante, por año.
Dado que en la provincia de Córdoba no existen enterramientos sanitarios, salvo en la capital, y que los tratamientos alternativos ambientalmente respetuosos, siendo optimistas, sólo se están desarrollando en una decena de localidades, se debe concluir que la quema a cielo abierto es el método usual para deshacerse de la basura en todo el interior provincial.
En este proceso de quema se generan seis mil toneladas de particulado atmosférico al año, treinta mil toneladas de monóxido de carbono y quince mil toneladas de compuestos volátiles orgánicos, entre otras preciosuras a las que todos estamos expuestos.
Tal como remarca la Fundación Pensar y Hacer para el Desarrollo Integral, con este proceso “no sólo estamos envenenándonos, sino que se queman anualmente cerca de 150 millones de pesos, recursos más que suficientes para que se pueda encarar una propuesta de envergadura en la que a partir de la asociación de Empresa, ONG y Estado se pueda construir una solución en la que todos ganen. Primordialmente nuestro medio ambiente y la calidad de vida de las poblaciones hoy afectadas y mañana beneficiadas”.
Si seguimos con este ejercicio, nos daremos cuenta fácilmente que el problema tiene una solución sencilla, aplicable, fuertemente dependiente de la capacitación, que genera empleo legal directo a unas 3.000 personas, que nos evita los efectos de la contaminación y, por sobre todo, que nos salva de la grotesca comparsa de camiones de basura en nuestras rutas, ya de por si congestionadas.
Tal como aclara Guppo Dracco S.A, “éste no es un ejercicio intelectual; la semana entrante llevaremos una propuesta económica y logística al gobierno provincial, en la que no sólo se propone introducir una nueva respuesta a la problemática ambiental y generar empleos genuinos sino que, y quizás esto sea lo más novedoso, las localidades que hoy gastan su dinero para mal tratar los residuos, podrán cobrar un canon, para que ellas mismas sean socias y evaluadores de la excelencia del proceso.