Los problemas en la recolección de residuos en Concepción del Uruguay parecen no encontrar solución desde hace unos tres meses.
Allá por diciembre fue porque la maquinaria se había dispuesto toda para el arreglo de los balnearios, luego fueron las tormentas, después se adujo la rotura de camiones, y finalmente el culpable era el clima por las continuas lluvias de febrero.
Las respuestas de los responsables del servicio de recolección ya no convencen y los resultados están a la vista de todos los uruguayenses.
Ahora hace más de un mes que el tiempo acompaña sin mayores contratiempos y la basura en las calles de La Histórica parece no desaparecer nunca.
Hay constancia de que la recolección se hace, pues los camiones pasan, aunque sin horarios ni diagramas planificados como hace unos meses. Sin embargo la basura sigue en las calles.
A ciencia cierta no se sabe si es la misma de hace una semana o se renueva todos los días, pero montones realmente importantes siguen estando en las esquinas de casi todos los bulevares de la ciudad y en muchos puntos de la planta urbana.
A principios de febrero se hizo un operativo intensivo de limpieza que demandó 500 viajes de camiones repletos de ramas y árboles rotos. Fue un buen intento pero parece que no basta y demanda un trabajo que ya no admite demoras.

Todo a la esquina
Como si todo esto fuera poco, los vecinos parecen haber adoptado una nueva modalidad para deshacerse de sus residuos. Ahora se deja todo en la esquina, no importa lo que sea, basura común, pasto, ramas de la poda de árboles, artefactos varios, limpieza de patios. Todo vale.
Inicialmente la modalidad pareció utilizarse únicamente para las ramas y el pasto para que el servicio que diariamente hace la recolección de este tipo de residuos, levantara los montones y se los llevara. Pero hubo quienes no quisieron dejar más sus bolsitas de basura en el frente de sus casas, y a las ramas le agregaron residuos comunes. El resultado está a la vista y hoy se amontona todo en las esquinas. Hay gente que se recorre toda una cuadra con sus bolsitas para arrojarlas sobre las ramas, complicando aún más una recolección que en los últimos meses ha mostrado serias falencias. No hay sanciones y por ahora tampoco parece haber respuestas