Salta capital parece seguir funcionando como si los problemas ecológicos no existieran. Cada habitante supera en más de tres veces el consumo razonable de agua y genera al menos un kilo diario de basura del que no se reciclará casi nada. Además, el parque automotor no deja de crecer mientras los especialistas piden fomentar transportes menos contaminantes y se escuchan interrogantes sobre la capacidad de las cloacas.
Un salteño gasta un promedio de 650 litros de agua por día, cuando el límite debería rondar los 180 litros diarios, según informó la empresa encargada de prestar el servicio.
La conducta con el agua preocupa. “Se desarrollan permanentes campañas de concientización para que se haga un uso racional de este recurso escaso y no renovable”, señaló la responsable de comunicación de Aguas del Norte, Laura Terán.
Una comparación entre nueve ciudades representativas de la Argentina muestra que Salta es la que más litros demanda por persona después de Catamarca. (Ver cuadro.)
La basura es otro indicador que impone dudas sobre la sustentabilidad de la capital tal como se desarrolla hoy. Los residuos que se producen podrían seguir afectando al ambiente dentro de varias generaciones.
Un ciudadano arroja al tacho cerca de 1,09 kilos por día. En 1999, cada 24 horas llegaban unas 407 toneladas de bolsas al vertedero donde se depositan los desperdicios. Hoy, son más de 620 toneladas por jornada.
Unos 140 recuperadores tienen permitido buscar lo que se puede reciclar en el basural pero la cantidad que se llevan no llega al 3 por ciento de lo reutilizable.
El volumen de desechos preocupa en la mayoría de las ciudades porque podría terminarse el espacio para enterrarlos en el futuro. No cualquier lugar es apto para dejarlos sin que impacten en el suelo, el agua subterránea o el aire de poblaciones cercanas.

Evitar la contingencia
Hay sectores de la sociedad que vienen pidiendo una mayor proyección para manejar el crecimiento urbano. “No existe la planificación. En el centro se están haciendo muchos edificios que las normas no permiten. La zona no está preparada para tantas viviendas”, aseguró Elena Jiménez, presidenta de la ONG Red Sol.
Jiménez advirtió que las construcciones de los últimos años en el corazón de la ciudad “podrían hacer colapsar la red cloacal y repercutir en la contaminación del río Arenales”.
Además, la tradicional imagen que algunos tenían de Salta como una ciudad “con mucho verde” empieza a relativizarse con el crecimiento de la población y la incorporación de barrios nuevos.
La Organización Mundial de la Salud sostiene que debe haber más de 10 metros cuadrados cubiertos con vegetación por habitante y en Salta hay unos 5 metros cuadrados por persona, de acuerdo a datos de la Municipalidad.
La falta de pulmones se combina con una cantidad creciente de autos que consumen combustibles no renovables y generan gases contaminantes: ya hay más de 150.000 vehículos en Salta.
En la Capital viven 535.303 personas. En 9 años creció un 13 por ciento la población. La cifra habla de una urbanización en la que garantizar agua, cloacas y calidad de aire para todos, ya debería ser uno de los principales temas de la agenda pública.

La sociedad debe utilizar herramientas de control para tener mejor calidad de vida
IGNACIO ZERVINO, Coordinador de “Nuestra Buenos Aires”, ONG que monitorea indicadores de la calidad de vida urbana.
Las ciudades se convirtieron en el principal escenario de la actividad política, social, cultural y económica, concentrando, además, la mayor parte de la población mundial.
Los habitantes que viven en las ciudades superaron a los que permanecen en las áreas rurales por primera vez en la historia, desde 2007.
Este creciente peso relativo de los espacios urbanos en la dinámica mundial significó, a su vez, un mayor nivel de complejidad en el acceso universal a servicios y bienes públicos de calidad.
En América Latina, el continente con la tasa de urbanización más alta del mundo, este proceso se dio en la mayoría de las ciudades de manera caótica, traduciéndose en un aumento de los índices de exclusión y de desigualdad social.
Esto se combina con sistemas democráticos que tienen un fuerte sesgo delegativo. De este modo, se han generado distancias muy significativas entre las demandas de la población y la agenda de los funcionarios en el poder.

Mecanismos de supervisión
Para tender hacia un cambio en este sentido, resulta indispensable generar espacios y herramientas que ayuden a alcanzar una democracia más participativa, que involucre a los ciudadanos en la política.
Es importante que los habitantes de todas las ciudades tengan su voz en relación a los temas que afectan de manera directa su calidad de vida.
¿Cómo acercar entonces las demandas ciudadanas a los espacios de decisión sobre las políticas públicas urbanas?
La construcción de observatorios de indicadores de calidad de vida es una herramienta poderosa para despertar el interés de ciudadanos y organizaciones sociales.
Con un observatorio instalado y una red de organizaciones aportando información relacionada a sus temáticas específicas, las posibilidades de incidir en la agenda del gobierno de una determinada ciudad, crecen considerablemente.
Iniciativas de estas características están floreciendo en América Latina, con improntas locales, pero en todos los casos a partir de observatorios de indicadores y de acciones de incidencia en políticas públicas.

Para influir en las decisiones
Allí donde existe una masa crítica de organizaciones de sociedad civil capaz de involucrarse en este tipo de procesos, las posibilidades de incidencia aumentan considerablemente.
Un ejemplo claro y directo de la posibilidad de incidencia, son las propuestas de la denominada “Ley de Metas” que consiste en comprometer al alcalde que asume un mandato a transformar sus promesas de campaña en un plan de gobierno para toda su gestión. Para eso debe tener objetivos anuales expresados en indicadores cuantitativos.
De esta forma, con esta herramienta, la tarea de la sociedad civil es el monitoreo de ese plan de metas concretas, y el Poder Ejecutivo tiene un marco al que atenerse en determinados plazos.
Esto que parece utópico, ocurre ya en muchas ciudades. No en Estocolmo, ni en París, sino en Bogotá y en San Pablo.
También han surgido iniciativas de estas características en Argentina con propuestas como las organizaciones “Nuestra Mendoza”, “Nuestra Córdoba” y la recientemente creada “Nuestra Buenos Aires”.
El camino es largo y complicado, pero al menos ya están dados los pasos para que diferentes actores de la sociedad colaboren y promuevan la construcción de ciudades más justas y sustentables.
Se puede encontrar más información en las páginas de internet www.nuestrabuenosaires.org.ar, www.nuestracordoba.org.ar o www.nuestramendoza.org.ar

Intentos para reducir los desperdicios en la ciudad
El martes se anunció que desde junio unos 45.000 de los 535.303 habitantes la capital deberán tirar por separado plástico, cartón, papel y vidrio. La empresa recolectora buscará estos materiales recuperables dos veces por semana y deberá destinarlos al reciclaje.
La iniciativa, según se difundió oficialmente, busca limitar la cantidad de basura que se entierra y controlar el impacto ambiental de los residuos.
Sin embargo, legisladores opositores manifestaron dudas sobre la posibilidad de que funcione la recolección diferenciada durante una reunión que se realizó en el Concejo Deliberante para analizar el tema.
“En Salta, el tratamiento de la basura tiene muchos problemas irresueltos. No está claro dónde se almacenarán los materiales reciclables y cómo será el proceso”, sostuvo el concejal del Frente Salteño, Aroldo Tonini.
El plan que comenzará a regir en junio se aplicará en Ciudad del Milagro, Villa Belgrano, San Carlos y sectores del centro.
El subsecretario de Servicios Públicos de la Municipalidad, Normando Zúñiga, sostuvo que el objetivo es extender la recolección de materiales recuperables por separado a toda la ciudad, aunque no precisó cuándo podría concretarse este proyecto.

Tipo de basura que se arroja
Material y Porcentaje sobre el total
Papel y cartón 9,58 %
Plásticos 7,79%
Vidrios 3,87 %
Metales ferrosos 0,98 %
Metales no ferrosos 0,30%
Materiales textiles 1,85 %
Maderas 2,02%
Goma, cuero y corcho 1,83
Pañales y apósitos 11,74 %
Materiales de construcción y demolición 0,55 %
Restos de poda y jardín 11 %
Residuos peligrosos 0,14 %
Medicamentos 0,18 %
Restos de alimentos 46,98 %
Otros 1,19 %
Total 100%
*Fuente: Estudio realizado para la Municipalidad de Salta

Limitar la demanda
En Salta, el promedio de consumo de energía mensual para un cliente residencial es de 115 a 380 kilowatts hora de acuerdo al segmento.
Si bien no hay mediciones exactas que permitan determinar si la cifra es elevada con respecto a otras provincias, se destaca la necesidad de moderar el consumo.
La mesura en la demanda es una búsqueda de todas las ciudades comprometidas con la ecología porque electricidad se genera con recursos no renovables.
La vocera de la empresa distribuidora de energía Edesa, Adriana Cigno, habló de la importancia de hacer un uso racional de la energía para contribuir con el cuidado ambiental.
La referente de Edesa recordó la necesidad de aplicar medidas simples como no dejar en “stand by” computadoras ni otros equipos y graduar los aparatos de aire acondicionado a temperaturas razonables.

Consumo de H2O por habitante
Ciudad y consumo de agua por habitante
Ctamarca 772 litros por día
Salta 650 litros por día
Buenos Aires 600 litros por día
Tucumán 450 litros por día
Río Gallegos 345 litros por día
Santa Fe 383 litros por día
Mendoza 373 litros por día
Córdoba 292 litros por día
Posadas 210 litros por día
*Fuente: Datos recabados por medios gráficos que integran la Red de Diarios en Periodismo Social.

El Tribuno (Argentina) 24-04-11