Tres días demandó, al menos hasta hoy, limpiar el basural clandestino del Kilómetro Dos. El Municipio destinó máquinas y camiones para intentar, finalmente, erradicar uno de los tiraderos de basura que es crónico y que es uno de los más grande de la ciudad. En reiteradas oportunidades la Comuna lo desbarató pero volvió a llenarse.
Dos topadoras y tres camiones trabajaron desde el lunes para tratar de reducir al mínimo la cantidad de basura que habita en un predio de cerca de cuatro hectáreas conocido como “Kilómetro Dos” y que está a pocos metros de barrios como el Altos del Oeste. Rubén Lucero, a cargo del Programa de Arreglo de Calles de Tierra y Erradicación de Basurales, contó mientras trabajaba, que hace poco más de un mes ya limpiaron el sumidero pero que pronto volvieron a llenarlo de residuos. “Es un problema constante, debe ser la décima vez que arreglamos este predio”, dijo el funcionario. “Hay un montón de carritos, es incontrolable. Se dedican a levantar basura y traen de todo”, comentó Lucero.
Gustavo Calderón, secretario de Servicios Urbanos, explicó que sería menos grave si sólo arrojaran escombros y ramas y no desperdicios domiciliarios porque éstos son los que causan que el sitio termine plagado de moscas y sea un ambiente propicio para que sea un foco infeccioso.
Calderón dijo, también, que los costos que representan este tipo de trabajos para el Estado son muy elevados. La hora de alquiler de cada camión cuesta unos 50 pesos, multiplicado por tres -que son los que están abocados a la tarea- por las diez horas diarias que trabajaron, representa un gasto diario de mil quinientos pesos. A ello debe sumarse lo que cobran las máquinas que remueven los escombros, cuyo precio es de doscientos pesos por hora. Trabajaron dos durante las jornadas de diez horas, lo que da un resultado de cuatro mil pesos por día.
Guillermo González, quien dice ser dueño del predio, contó a El Diario de la República vía telefónica, que cuando los municipales terminen su trabajo él colocará alambre en el perímetro del terreno. “Yo tengo la posesión, antes estaba cerrado pero los propios carritos que tiran basura destruyeron el enrejado. Hace más de diez de años que está”, comentó.
Para Calderón el problema reside en que el basural de la Municipalidad está muy alejado de la ciudad –en la Autopista de Circunvalación- y los carritos no llegan a ese destino.
“La idea es que sea una erradicación definitiva. Pero, por ejemplo, la semana pasada limpiamos el de la calle Sarmiento y ya está de nuevo sucio. Hay más de diez basurales clandestinos”, dijo.

El Diario de la República (Argentina) 18-05-11