El Grupo Roggio buscará mantenerse en el negocio de la recolección de basura de la Ciudad de Buenos Aires, del que participa desde la década del 80 con la empresa Cliba. El holding, también dueño de Metrovías y a cargo de la operación del subte, ya decidió volver a presentarse en la próxima licitación de este servicio, cuya concesión se encuentra vencida desde hace, por lo menos seis meses.
Ayer, el jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri, firmó el decreto 162 que convoca al nuevo proceso licitatorio, luego de que los pliegos pasaron por todas las etapas necesarias antes de encarar esta convocatoria, como la propia Legislatura, una serie de audiencias públicas y hasta un acuerdo con el camionero Hugo Moyano.
En este marco, y a pesar de que las relaciones entre Roggio y el PRO sufrieron vaivenes por el debate sobre el subte, y de que el año pasado el grupo estuvo a punto de vender Cliba a inversores brasileños, ahora están convencidos de no querer perderse un negocio cercano a los
$ 30.000 millones.
Es que el nuevo proceso implica concesiones por 10 años (8 años más dos de extensión) e inversiones por $ 3.000 millones durante cada año que dure el contrato y que estarán a cargo del gobierno porteño. La cifra marca que es la concesión más importante de la Ciudad.
Hoy, Cliba tiene a cargo la concesión de la Zona 1, que comprende Balvanera, La Boca, Constitución, Monserrat, Puerto Madero, Recoleta, Retiro, San Nicolás, San Telmo y parte de Almagro, Barracas y Palermo.
Se trata precisamente de la zona que promete ser la más atractiva para las empresas que se presenten a la nueva licitación. De hecho, fue bautizada como ‘zona boutique’, porque el gobierno porteño pretende que, en especial en el Microcentro, se apliquen servicios al estilo de los de grandes ciudades como Barcelona, Roma y Madrid. Para eso, el grupo a cargo de esta área deberá invertir en modernizar las tecnologías de sus sistemas. Es que en el pliego se pide, entre otros puntos, soterrar los contenedores, distribuir barredoras para limpiar las peatonales y el uso de camiones de menor porte que los que habitualmente recorren las calles.
De todos modos, en el entorno de Macri se descarta que, además de Roggio, el resto de los actuales concesionarios también buscarán mantener sus operaciones, y que se sumarán otros players extranjeros.
“Es un contrato atractivo mas allá de que se le reclama a las concesionarias fuertes inversiones en modernización”, sostuvieron a El Cronista fuentes cercanas al ministro de Ambiente y Espacio Público, Diego Santilli.
Explicaron que el nuevo contrato tendrá algunas diferencias con respecto a las actuales concesiones, si bien la Ciudad se mantendrá dividida en seis áreas como ahora. Ayer hubo varias reuniones entre funcionarios porteños para definir los próximos pasos del proceso.

FUENTE:
ANDRÉS SANGUINETTI
Diario El Cronista Comercial