Argentina | Buenos Aires | 02-03-2017
En los últimos años, el basural, o mal llamado también relleno sanitario, ha sido un gran tema de debate en nuestra ciudad debido a su pésimo estado. En noviembre, el intendente Pablo Petrecca había anunciado el saneamiento y, días más tarde, en la Provincia se abrieron los sobres para la licitación sobre la erradicación de los basurales a cielo abierto.
Los cambios implican la puesta en marcha de una planta de reciclado, una nueva celda para dar un tratamiento seguro a los residuos y evitar la contaminación de napas y una mejora en las condiciones en las que se trabaja allí.
Perla Casella, titular de la cartera de Medio Ambiente de la Municipalidad de Junín, habló sobre el tema y expresó que “el basural, claramente, se fue formando en los últimos años y hoy, algo que fue un relleno sanitario, es un basural a cielo abierto. Cuando comenzamos la gestión comenzamos a ver cómo podíamos trabajar desde cero con un buen tratamiento de los residuos para remediar el daño ambiental. Encuadramos la situación en un marco legal para poder participar del Programa de Gestión de Residuos de provincia”.
“El basural necesita membranas para evitar que la contaminación pase a las napas, venteos de gases y otras condiciones para que no se produzca impacto ambiental. Esto llevará un tiempo y la obra es grande y de mucho dinero. Somos uno de los pocos municipios que Provincia eligió para trabajar en el saneamiento y en la construcción de un nuevo módulo. La obra ya fue licitada y hay una empresa que fue adjudicada. Los contratos fueron firmados y ahora la empresa está haciendo estudios ambientales, antes de arrancar con la obra. El objetivo es el saneamiento ambiental y que lo que se va a construir cumpla con los requisitos adecuados. Cuando la obra arranque, el lugar cambiará en un cien por ciento”, puntualizó.
El barigüí. El barigüí no se ha ido de la zona, es más, está potenciado debido a la humedad, el calor y el gran movimiento hídrico que se está dando durante el verano.
“Lo que nosotros realizamos es una tarea de control y tratamos de mantenerlos en niveles que sea posible disfrutar el aire libre. La erradicación es prácticamente imposible. Tuvimos un verano complicado en cuanto a lluvia y condiciones climáticas que favorecen a la reproducción del barigüí. Hay distintos estadíos en el ciclo de vida y, la gran mayoría, son en el agua. Una de las actividades más fuertes que tenemos para combatirlos es aplicar larvicidas en el río, lo que hacemos una vez por semana. Lo que ocurre ahora es que hay tal velocidad en el río que, aunque apliquemos el producto, la efectividad baja. Seguimos con las fumigaciones diarias e incrementamos, junto la Dirección de Bromatología, más camionetas haciendo el trabajo y estamos haciendo campaña en los distintos barrios. La parte más compleja es la que está cerquita del río, pero con el viento pueden volar bastante y es por eso que están por toda la ciudad”.