Las tradicionales ‘bolsitas’ de supermercado, que tantas utilidades ofrecen a las amas de casa, cambian. En una semana entra en vigencia en la provincia de Buenos Aires una ley que prohíbe el uso de envases de polietileno en cadenas de hipermercados y autoservicios. Estos recipientes deberán ser reemplazados por bolsas biodegradables para reducir el impacto ambiental.
Según datos oficiales, los bonaerenses utilizan casi 2.100 millones de bolsas de nylon por año, 150 por persona. Y el 90% termina en los basurales o en los rellenos sanitarios donde permanecen intactas hasta 400 años.
Con la sanción de la Ley 13.868, aprobada el año pasado, las autoridades buscan "generar una cultura del consumo sostenible para industriales, empresarios y usuarios", según los fundamentos de la normativa.
¿Qué cambios encontrará el cliente en las cajas del súper a partir de la semana próxima? Los cajeros entregarán bolsas oxidegradables, de aspecto similar a las actuales pero que se disuelven al contacto con la luz, el aire y el oxígeno. Pero el proceso lleva su tiempo: antes de desaparecer y pulverizarse deben pasar entre 2 y 5 años, según la composición química. Además, las bolsas estarán identificadas con un logo que permitirá a los consumidores distinguir el producto degradable. Fabricarlas costará 15% más.
El Organismo Provincial de Desarrollo Sostenible acordó con las cadenas de comercialización que operan en el país los mecanismos para aplicar la normativa. Gustavo Silenta, director de Producción y Consumo del área, explicó a Clarín que "Wal Mart, Carrefour, Jumbo y otros hiper que funcionan en provincia trabajaron con los técnicos para establecer los parámetros químicos para los envoltorios".
De hecho, la firma norteamericana hace más de un año que provee a los compradores recipientes degradables. La multinacional tiene más de 10 filiales en territorio provincial. El hipermercado francés también entrega bolsas verdes que estarían en condiciones de amoldarse a la ley.
"Es una primera etapa", dijo Silenta. Porque a partir de octubre de 2010 deberán sumarse kioscos y almacenes. La reglamentación establece que no será aplicable la prohibición "para contener alimentos o insumos húmedos elaborados o preelaborados". Es decir, carnicerías y verdulerías seguirán empacando con polietileno.
Los envases oxidegradables son cuestionados por sectores ambientalistas. Aseguran que la dilución de los restos también contamina. En especial por la inclusión de los "aditivos". Sin embargo, en el gobierno explicaron que la Comisión de Investigaciones Científicas de la Provincia (CIC) será la encargada de supervisar "la tecnología destinada a la fabricación de bolsas que se comercialicen o distribuyan". .
Pero por ahora no habrá controles ni inspecciones. Para cuando los haya, la ley prevé multas de entre 5.000 y 500 mil pesos para los infractores y también decomiso de mercaderías y cierre de locales para los reincidentes.
En Capital Federal, a fines de agosto la Legislatura dispuso que en cuatro años los supermercados y otros comercios ya no podrán entregar bolsas plásticas. En otras provincias, como Mendoza y Chubut, tienen leyes similares. Y algunos municipios como el de Santa Cruz y El Bolsón tienen sus ordenanzas. A nivel nacional, un proyecto espera en el Congreso.
En el gobierno de Daniel Scioli aseguran que la clave del éxito de la iniciativa está en el cambio de hábito de los consumidores. Los directivos de la cadena Cooperativa Obrera (con sucursales en el sur de la provincia) hicieron campañas para entregar la vieja "bolsa de los mandados". La misma que usaba la abuela para ir al almacén.
Una solución polémica
Para Mario Tonelli, de Plastivida Argentina, una ONG especializada en plásticos y medio ambiente, las bolsas biodegradables resuelven sólo un problema estético: "La solución pasa por reciclar. Las biodegradables también serán depositadas en un relleno sanitario. Se degradarán más rápido (por oxígeno, luz solar y calor) pero esta ley evita el tema del aspecto visual y no ataca el fondo de la cuestión: la contaminación que genera la producción y la gestión de residuos sólidos urbanos". Agregó que tampoco existe un consenso internacional que compruebe los beneficios de esta nueva bolsa, que está prohibida en Europa y casi toda América Latina. "Somos uno de los pocos países del mundo que las sigue usando", enfatizó.
Las cadenas ofrecen alternativas.Carrefour, una bolsas reutilizables a $4.90, de plástico rígido y que cargan hasta 30 kilos. Desde Cencosud (Disco, Jumbo y Plaza Vea) aconsejan las de tela, a $7. Y aseguran: "Nosotros cumpliremos con la ley".
¿Maquillaje?
Por: Pablo Sigal
Reemplazar las bolsas de polietileno por otras amigables con el medio ambiente parece, a priori, una iniciativa favorable. Pero al oír las voces de los que conocen el tema surgen dudas. ¿Se justifica el cambio si el proceso de fabricación de estas bolsas contamina más que el de las tradicionales? ¿No hubiera sido mejor evitar directamente el plástico para que deje de disolverse (en más o menos tiempo) en la tierra que nos da de comer? Convendría, tal vez, fijarse si el viejo ‘changuito’ de antaño aún nos espera en el rincón… ¿O es que se ha biodegradado?