Según comentan, a raíz de una obra hidráulica prometida en 2008 y no realizada, “no puede ejecutarse” el tan ansiado asfalto comunitario en calles que han quedado todavía más destruidas a raíz de la manipulación de la tierra para la colocación de cloacas. Sumado a eso, denunciaron contaminación por los desechos que tiran algunas empresas, inundaciones, zanjones profundos y basurales.
Se los notaba cansados, agobiados, pero con mucha bronca. Decidieron decir “basta”. Viven en una de las zonas más ecológicas del Distrito, aunque debido a las inundaciones, muchos árboles tuvieron que retirarse.

Problema Nº 1: la usina
El primer conflicto que mencionaron los vecinos que viven en las cercanías de Remedios de Escalada y Camino de Cintura es la reciente instalación de una usina. Según dijeron, pertenecería a la empresa Edenor y el impacto ambiental sería letal.
“Luchamos para que nos saquen la antena de telefonía celular, pero esto es tan o más contaminante”, remarcó una de las frentistas en diálogo con NCO.
“Fue colocada en el verano. La terminaron hace poco, pero nunca se le preguntó a los vecinos si queríamos que se pusiese aquí, donde estamos rodeados de verde y es un pulmón ecológico. No hicieron la prueba de impacto ambiental además de quitar varios árboles”, contó una docente de la zona.
Asimismo, sobre Granaderos, dos compañías tienen asentadas sus fábricas. Ambas -una dedicada al rubro alimenticio y otra vinculada a materiales para la construcción- están rodeadas por un enorme zanjón (de unos dos metros de ancho, varias cuadras de largo y de una profundidad considerable) a donde van a parar los desechos. La zona es como una boca de lobo, con lo que el contexto propicia también la inseguridad. “Aquí traen los autos robados y los desmantelan”, indicó una vecina.

Problema Nº 2: las inundaciones
Los testimonios comenzaron a sumarse. Los problemas en las calles de tierra cada vez que llueve son permanentes, al punto de quedar varados o salir a mojarse y embarrarse para cumplir con las labores cotidianas.
Marcela, una de las vecinas que más se movilizó por esta cuestión, señaló que al presentarse (en varias ocasiones) en la Delegación de Villa Luzuriaga, las respuestas que no fueron las esperada.
“Con respecto al tema del pavimento, en 2008 fuimos a la Delegación y nos dieron los formularios para hacer el asfalto comunitario. Yo me encargué de ir pasándolo entre los vecinos, quienes también hicieron lo mismo, y las firmas se juntaron. De todos modos, cuando alcancé los papeles al lugar que me dijeron, adelanté que no se asombraran por la cantidad de rúbricas ya que aquí es una zona de casas quinta. Al poco tiempo recibí una nota que dice que no se puede pavimentar porque primero tienen que realizar una obra hidráulica en Remedios de Escalada y Chenaut. De esto hace más de tres años”, comentó.
En este sentido, dijo que no hubo más comunicaciones. “Cuando fuimos, se había comprometido el Intendente, el Delegado y Aysa, pero nunca hicieron nada. Según ellos, la obra es indispensable para esta zona. De llevarse a cabo, aparentemente cambiaría el paisaje del lugar”, acotaba un vecino, mientras Claudia, otra frentista comentaba que de impuesto municipal paga más de 2 mil pesos anuales.
“La idea es que vengan a hacer esa obra porque de acuerdo a lo que afirmaron ellos, si se hace ahora el asfalto, el agua no iba a correr y nos íbamos a inundar peor que como estamos. Pero la obra no llega. Además estas calles en Catastro figuran como asfaltadas, cuando no es así”, resaltó Marcela.
A esto se suma, sobre Remedios de Escalada y calles aledañas, las montañas de basura y las ramas que algunos podan, pero que no son recogidas. “Eso queda en la vía pública y favorece que el agua se estanque más, al margen de ocupar lugar los días de lluvia que no se sabe por dónde pasar”, señalaron agregando que los camiones municipales no se lleven estos desechos y que cuando lo hacen, es a groso modo.

Problema Nº3: la obra que no llega
Basural infeccioso que perjudica la calidad de vida de los vecinos.
La obra hidráulica debería realizarse en Remedios de Escalada y Chenaut, donde se ubica una plazoleta abandonada que separa a la región de casas quinta de un asentamiento. La rodea una zanja de dos metros de ancho, con 60 centímetros de profundidad.
Es un foco infeccioso más que importante. Analía, una de las vecinas que tiene su vivienda a pocos metros de la “laguna”, como la llaman, dijo que sus hijos tienen “todos problemas respiratorios y de piel, mientras que yo tengo una enfermedad en los huesos por la humedad”.
Además, al estar tan desvalorizado, muchos optan por tirar allí basura, tapando aún más la zanja y provocando más infección. “En mi casa, la cantidad de mosquitos es impresionante. Además, el olor en verano no se soporta”, resaltó un frentista. Asimismo, los vecinos contaron que muchos niños que, por jugar, se cayeron allí.

Diario NCO de La Matanza (Argentina) 18-04-11