El problema que amenaza a la ciudad desde hace varios años, se incrementa y la problemática se vuelve una responsabilidad de todos. Hoy prácticamente cada barrio de la ciudad tiene su micro basural. Las medidas lanzadas desde el Municipio tendientes a remediar esta situación fracasan sistemáticamente porque no se logra el compromiso de la ciudadanía de ser responsables en el tratamiento de los residuos, observándose en diversos sectores, como los propios vecinos llegan con su vehículos a terrenos baldíos que están en medio de un barrio, arrojando basura. Se ha colocado contenedores en diversos sectores a fin de controlar la situación, pero cuando se llenan nadie parece estar preocupado como para denunciar la situación y en ese lugar comienzan a arrojar basura en forma desmedida, sin analizar aspectos de carácter ambientales, y mucho menos sanitarios.
Un problema nada nuevo
En el año 2010, con el problema ya fuertemente arraigado en la zona, se instalaron volquetes y contenedores para instar a los vecinos a arrojar sus residuos en ellos, esta medida se acompaño con cartelería en donde se indicaba que tipos de residuos se podían arrojar en cada uno de los recipientes, además de utilizar carteles para reforzar la prohibición de depositar residuos en las áreas no destinadas a ese fin bajo pena de una multa de 500 pesos. Hoy es común ver un basural justo debajo del cartel que indica la prohibición.
En el transcurso de este año, se realizó el proyecto “Limpieza Barrial” que consistía en la colaboración de los vecinos para retirar de sus domicilios todos aquellos objetos que no pueden ser arrojados como basura común, calefones, chapas, elementos denominados como chatarra, y el municipio pasaría a retirarlos por el frente de las casas. El proyecto no dio el resultado esperado puesto que los vecinos manifestaron no haber sido notificados de la puesta en funcionamiento del mismo y así es como se materializa la separación entre estado y sociedad en lugar de la cooperación en materia de residuos en la ciudad.
Las autoridades municipales no se explican el comportamiento inapropiado de los vecinos de continuar con esa conducta irresponsable de arrojar residuos sin importar donde y las trabas impuestas desde la costumbre al intento por detener el aumento de este tipo de lugares tan nocivos para la ciudad. A pesar de las políticas impuestas, los micro basurales aumentaron en cantidad y tamaño, hoy se pueden identificar claramente 10 en la ciudad de Puerto Madryn.
Malos hábitos
Según José Luis Esteves, investigador del CONICET en el CENPAT, el problema principal de los micro basurales es “en una zona donde sabemos que el viento sopla como sopla, que dejamos una bolsa de residuos y el viento y los animales, perros, lauchas, se van a encargar de romperla y después todos los insectos que andan dando vueltas por ahí se van a encargar de transferir todos los parásitos, bacterias, lo que fuera y así se genera una transferencia y el micro basural se va a transformar en un gran basural” y agrega que, “el impacto es difícil de cuantificar porque una Gaviota que comió de una bolsa de residuos que estaba contaminada , luego encontró un tanque de agua sin la tapa y fue a tomar agua de ahí y es todo un desarrollo de estos patógenos que se reproducen a lo largo de la cañería y no es raro que de esa cañería salgan lombrices o bacterias y que la familia se termine enfermando.”
De las afirmaciones del investigador se deduce que el problema que erróneamente se considera ajeno a la sociedad, que se trata como algo externo y apartado, se relaciona directamente con la calidad de vida de los vecinos de la ciudad, de las mismas personas que arrojaron la basura olvidado no solo las leyes municipales, sino también las leyes que rige la lógica de la convivencia social. En palabras de Esteves: “la comunidad es la responsable de la existencia de Micro Basurales, nos resulta mucho mas cómodo tirar la basura acá a la vuelta que dejarla en un cesto o llevarla al corralón municipal, hay una serie de responsabilidades, esa es la primera… la segunda es la gestión política que tiene que convencer a la comunidad que los Micro Basurales son un peligro, a través de la educación permanente y la acción.”.
Las acciones destinadas a combatir este tipo de comportamientos deben mantenerse en el tiempo y de alguna manera penetrar más en las actitudes de los vecinos. La educación debe tender a modificar las costumbres de los habitantes de la ciudad, al cuidado y preservación del propio hábitat.
No solo afecta la tierra
Además Estéves explica que los micro basurales no solo generan los problemas en tierra, “en el mar, toda la basura que el viento se lleva, una buena parte queda flotando y otra parte va directamente al fondo del mar” la repercusión alcanza la fauna marina poniendo en peligro la vida de lobos y peces que quedan encerrados en bolsas de nylon, tapas de botellas de gaseosas y todo tipo de residuos que conducen a la muerte de los animales de la zona.” Sin perder de vista la problemática del aumento de las Gaviotas, con este tipo de micro basurales y los basurales a cielo abierto, y el consecuente impacto que estas tienen al relacionarse con las ballenas que visitan nuestras costas, como la piel de los grandes mamíferos se convirtió en un alimento exquisito para estas aves y la manera en que esto daña a las ballenas, pudiendo causar en un futuro que estos amigables mamíferos no se acerquen a las costas del Golfo Nuevo.
Cuando parece que estamos comprendiendo el problema, el investigador desde el CENPAT, nos redobla la apuesta “vemos lo que flota, imaginémonos lo que no flota, lo que no vemos, las partículas que vuelan, los contenidos de en los recipientes, las partículas contaminadas que se quedan en el aire” y a modo de conclusión afirma “este es un problema tan grande como la imaginación”.
FUENTE:
Diario de Madryn (Argentina) 03-12-11