La Municipalidad adquirió una máquina para moler plásticos, que luego serán utilizados para las obras públicas. En la primera quincena de julio comenzará el tratamiento de estos desechos
Desde hace tiempo la comuna de Chajarí avanza en el proyecto de dar destino final y seguro a la basura electrónica. Si bien la inauguración de la planta de tratamiento había sido anunciada para febrero de 2011 pero hubo demoras, entre otras cuestiones, porque desde la comuna se resolvió incorporar al proceso de tratamiento de residuos tecnológicos una máquina extrusora de plástico (moledora). La puesta en marcha del proyecto será en la primera quincena de julio.
Así lo confirmó a UNO el director de Producción y Desarrollo Urbano de la Municipalidad de Chajarí, Martín Robalo, uno de los responsables de la planta de tratamiento, y de la producción de biodiesel y aceite en la ciudad ubicada en el noreste entrerriano.
En principio confirmó que la infraestructura donde funcionará el sector de tratamiento de desechos tecnológicos –un galpón de 10 por cinco metros– ya fue terminado y sólo falta la instalación eléctrica.
También destacó la adquisición de la maquinaria, que no estaba contemplada en el proyecto inicial, pero que servirá y mucho para dar un destino final a los plásticos.
Al respecto comentó que “la mayoría de los plásticos que se utilizan hoy en los artefactos electrónicos, como por ejemplo en monitores, son esos de color negro y ya no pueden entrar más en proceso de reciclado, por lo cual desde la segunda quincena de julio y como parte de las actividades vamos a proceder a su molienda, y serán utilizados finalmente en obras públicas”, indicó el funcionario municipal.
Robalo destacó: “Tenemos un desarrollo de veredas importante tanto en los barrios como en las plazas de la ciudad. La idea es incorporar ese material reciclado y no contaminante a lo que es el hormigón flexible”.
El director de Producción y Desarrollo Urbano de la Municipalidad especificó: “Nos pareció una muy buena idea buscarle otro destino a estos residuos que, de otra manera, hubiesen terminado en acopio y a la vez está enganchado en lo que es un residuo tecnológico. Por eso extendimos el plazo para el inicio del tratamiento de los residuos electrónicos”.
A mediados de año
Así, desde julio Chajarí se convertirá en municipio pionero en Entre Ríos en cuanto a un buscar un destino seguro para este tipo de desechos.
La máquina ya está instalada en el galpón. La comuna también tiene almacenadas computadoras, impresoras, electrodomésticos, equipos de audio, celulares y televisores en desuso con los que comenzarán la tarea, y luego solicitarán a los vecinos que se deshagan de los aparatos que no utilizan. El espacio físico donde se hará el trabajo está ubicado en el mismo predio donde funciona la planta de residuos sólidos urbanos.
Sabido es que la fabricación de productos electrónicos creció en los últimos años debido a los nuevos diseños, que reducen la vida útil de los artículos. Este recambio genera gran cantidad de desperdicios que exigen un tratamiento diferenciado de la basura tradicional porque contienen sustancias peligrosas para la salud y el ambiente.
En la producción se utilizan compuestos como el cromo, que es cancerígeno; el cadmio que afecta a los riñones y los huesos; el mercurio que daña al cerebro y el sistema nervioso; el plomo que provoca deterioro intelectual, daños en el sistemas nervioso, circulatorio y reproductivo y los retardantes de flama que son neurotóxicos y deterioran el aprendizaje y la memoria.
Media sanción de Senado
Indiscutiblemente el avance de la tecnología generó innumerables cambios en la vida cotidiana.
El notable incremento de los estándares de confortabilidad y de las expectativas de vida, la simplificación de los procesos de producción así como de las tareas diarias y, respecto de las comunicaciones, el hecho de que se vieron mayormente liberadas de los obstáculos de tiempo y espacio.
La cara menos amable del avance tecnológico se manifiesta en un crecimiento exponencial de los desechos electrónicos, problema que hoy deben enfrentar tanto los países desarrollados como las naciones en desarrollo.
En Argentina, la Cámara de Senadores aprobó el 4 de mayo y giró a Diputados un proyecto de ley que establece presupuestos mínimos de protección ambiental para la gestión de aparatos eléctricos y electrónicos y de sus residuos.
La iniciativa, que obtuvo 54 votos a favor y uno en contra, establece la responsabilidad de los fabricantes, que deben hacerse cargo de los materiales que producen “hasta su disposición final”. La norma involucra a los equipos de computación, televisores, teléfonos móviles y otros aparatos de alto recambio que, si bien a la hora de descartarse son considerados residuos domiciliarios, tienen un alto poder contaminante.
El objetivo de la ley es promover la gestión de esos residuos para recuperar partes y materiales que pueden ser reutilizados. La norma, impulsada por el senador Daniel Filmus, fue apoyada por Greenpeace, la Fundación Vida Silvestre y el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), entre otras instituciones.
El proyecto establece los presupuestos mínimos que deberán cumplir tanto los productores de los aparatos como las provincias y los municipios. Apunta a proteger el ambiente, promover la reducción de la peligrosidad de los componentes y promover la reutilización y el reciclado. Además, crea un Fondo Nacional de Gestión de los residuos con el objeto de financiar su procesamiento, así como un Ente Nacional de Gestión, que deberá funcionar coordinadamente con la Secretaría de Medio Ambiente de la Nación.
Filmus consideró que la aprobación de esta iniciativa es “un avance trascendental” porque “toma una de las preocupaciones más importantes que tiene hoy la humanidad”.
“Estamos contentos por la capacidad que tenemos de adquirir nuevos aparatos tecnológicos, pero no sabemos qué hacer con los que no usamos más”, enfatizó. Filmus y comentó que el parque de la telefonía móvil se renueva en un 30% cada año y llamó la atención porque “nadie sabe dónde van los aparatos que nadie utiliza”. El senador habló de la “responsabilidad extendida del productor, que debe hacerse cargo del aparato hasta su disposición final”.
El proyecto fue apoyado por la mayoría de los senadores, pero el radical chubutense Mario Cimadevilla votó en contra al considerar que algunos artículos de la iniciativa “avasallan la jurisdicción de las autonomías provinciales”. El senador señaló al respecto que el proyecto “no puede establecer presupuestos mínimos que deben ser seguidos” en todo el territorio de la Nación.
Tratamiento similar
Robalo explicó que el tratamiento que se le da a los residuos electrónicos es en algún punto similar al del resto de los residuos.
En el caso del inorgánico se trata de aprovechar las botellas, latas, cartón, que es lo que se comercializa y el resto va como relleno sanitario.
En el caso de los residuos electrónicos también se intenta rescatar todo lo que se pueda reutilizar del aparato para venderlo.
En los últimos tres años en la planta de residuos de Chajarí se incorporó la fabricación de biodiesel, además desde hace dos años tratan el aceite usado de las casas gastronómicas y meses atrás inauguraron una planta de aceite a base de semillas. La planta de tratamiento de residuos lleva ocho años funcionando en Chajarí, una ciudad de 40.000 habitantes.
Uno de Entre Ríos (Argentina) 26-05-11