Argentina | Entre Ríos | 02-03-2017
Es duro ser recordado por lo negativo.
Es duro. Entonces valga la ocasión para felicitar, agradecer y sobre todo desearles una vida más digna a los recicladores de basura.
En un contexto en el que los trabajadores luchan por mejores condiciones, salarios dignos y conquistas varias, ellos siguen luchando para que se los reconozca como trabajadores.
Un trabajo que, como otros tantos, es difícil. Éste además, es acompañado por una mirada estigmatizante y está rodeado de mucho desconocimiento. No es visible su labor. Nadie al verlos, en lugar de ver una amenaza, advierte la importancia de su labor para el bienestar de la ciudad.
Una de las maneras en que estos trabajadores se acercan a la entidad de tales, es a través de su organización en cooperativas. En Paraná, actualmente hay dos: la Nueva Vida y Un Sueño Cartonero.
EN ENTRE RÍOS. En Entre Ríos, la Ley Nº1031, sancionada en junio de 2014, establece como uno de sus objetivos principales el de promover la inclusión de los recolectores informales a los sistemas de gestión integral de los residuos en condiciones de dignidad y salubridad. En artículo 13 del capítulo 3, la norma dice: “Los municipios y las comunas procurarán la prioritaria y progresiva inclusión de los trabajadores informales de la basura”, y agrega que “se deberá compatibilizar el derecho de éstos a trabajar y obtener recursos con el deber estatal de proteger el ambiente, la calidad de vida y la salud de la población”.
El mapa de las cooperativas dice que funcionan: Nueva Vida y Un Sueño Cartonero, en Paraná, Cielo Compartido, en San José, 28 de abril, en Cerrito, La Esperanza, en Villaguay, Rocío Quintero, en Concepción del Uruguay, Sueños de esperanza, en Diamante, La Mezcladora, en Urdinarrain, Reciclaje, en Liebig, Recuperar, en Concordia, Eco Gualeguaychú, en Gualeguaychú.
EL DIARIO consultó a Horacio Enriquez, un referente en el tema, integrante de la Fundación Eco Urbano sobre la situación de los trabajadores del sector en la ciudad.
–¿Cómo es la situación de las cooperativas en Paraná?
–La más importante es la cooperativa Nueva Vida, iniciada durante la anterior gestión comunal. Nació para operar en la planta municipal Manuel Belgrano. Allí trabajan más de cien personas en dos turnos. En materia de tecnología es bastante compleja.
Otra que es más chica, pero no por eso menos innovadora, que es Un Sueño Cartonero que brinda servicios de gestión e higiene en grandes eventos y recolecta materiales en empresas e instituciones del Estado.
–¿Se ha avanzado en el tema de recolección en origen?
-Ése es el desafío para que el trabajo de los recolectores sea digno y se pueda sustentar. Mientras los ciudadanos sigan tirando los residuos todos mezclados y en cualquier lado, su trabajo no rinde ni en cantidad ni en calidad. Es importante porque las empresas evalúan el estado de los materiales.
–¿Cuál es la tarea del reciclador de base?
–Que se recuperen materiales, que se contamine menos, que se queme menos basura.
Falta mucho, a pesar de que existe una ley en Entre Ríos desde junio de 2014 que habla del compromiso que los municipios tienen que tener para dignificar el trabajo, que dice que el Estado debe incorporar a los trabajadores informales, que debe garantizar que tengan todos los insumos: enfardadoras, cintas transportadoras, que son herramientas que logran que ese material esté en condiciones de ser comercializado. Las cooperativas lograron una institucionalidad y que los municipios inviertan en estas herramientas.
En estas fechas hay que ser muy críticos porque hay que hacer hincapié en los cambios de hábito.
Estamos inmersos en la cultura del consumo, del usar y del tirar. Se ve reflejado cuando damos vueltas por la ciudad, en cualquiera de sus puntos.
La solidaridad de todos puede mejorar la vida
El de la basura es un negocio que mueve millones en el mundo.
“Necesitamos ser no sólo más responsables sino más solidarios –dice Enríquez–. Hay una crisis civilizatoria de valores, del sálvese quien pueda, de que lo importante es tener”.
“Los recicladores han sido invisibles y estigmatizados y nos olvidamos de decirle gracias. Gracias por lo que hacen por tratar de mantener el ambiente sano. Pero para que como sociedad les demos las gracias hace falta una educación no sólo ambiental, sino social, cultural y educativa”, concluye.
El día de los recicladotes urbanos se celebra el 1 de marzo y fue instaurado en conmemoración de la tragedia ocurrida en Colombia, donde fueron asesinados unos 10 trabajadores del reciclaje dentro de una universidad el año 1992. Los recicladores fueron engañados por personal de la Universidad Libre de Barranquilla, invitándolos a ingresar a las dependencias de éstas para la entrega de material de reciclaje. Una vez dentro fueron asesinados a golpes de palos y tiros de balas, para así comercializar sus cuerpos en investigación y tráfico de órganos. La trágica situación fue denunciada por un sobreviviente a la policía, quien tras el ataque fingió estar muerto y luego huyó para dar aviso.
La policía allanó la sede universitaria. Diez muertos se encontraban en el depósito de cadáveres. El Día Mundial fue oficializado en el Encuentro Internacional de Recicladores que reunió a 34 países en Colombia el año 2008.
PARA DESTACAR
Son un eslabón fundamental en la cadena del reciclaje. Se considera que alrededor del 80% del papel o el plástico ha pasado por algún reciclador de base, de los que andan en la calle o en algún volcadero.
En Paraná se está generando por día más de 300 mil kilos de basura.
El Diario de Paraná ( Argentina )
Autor: Graciela Dobantón gdobanton@eldiario.com.ar