Sólo la capital tiene más de 145 pozos perforados a gran profundidad para obtener el líquido

Bastaría recorrer ediciones anteriores de este medio, incluso de años pasados, especialmente en época de estiaje, para encontrar noticias vinculadas a problemas de provisión de agua o a la falta de agua en distintos barrios o sectores de la provincia, lo que exaspera los ánimos de la gente que la necesita imperiosamente. En Salta, la diversidad de suelos y climas hacen del agua el más escaso de los recursos, marcando a lo largo del año prolongadas temporadas de estiaje y temporadas de fuertes lluvias, que dificultan los procesos de potabilización y disminuyen la producción. Sólo en la capital hay unos 150 pozos de agua, la mayoría hechos a más de 200 metros, profundidad donde recién se encuentran caudales útiles.
Si bien existe conciencia de la escasez del agua en Salta, todavía hay diferencias entre las partes que la utilizan. En este sentido, se sabe que el uso para consumo humano es la necesidad prioritaria, pero en una provincia en donde la actividad productiva crece a pasos acelerados, no se puede negar la fundamental importancia del riego agrícola y el uso industrial.
Las fuentes de agua están en acelerada vía de extinción en el mundo y la provincia no escapa a esta realidad. Hay cambios de clima y de suelo, inundaciones, sequías y desertización. Pero es la acción humana la más drástica: ejerce una deforestación delirante, ignora los conocimientos tradicionales, sobre todo de las comunidades indígenas locales, retira el agua de los ríos de diferentes maneras, entre otras con obras de ingeniería, represas y desvíos.

Escasez
En Salta Capital se producen 289.056 m3 por día de agua potable y en la provincia un total de 600.456 m3 diarios. Sin embargo, muchos pozos se secan y recuerdan que el agua es un recurso finito. En la agenda política internacional el tema de la escasez del agua se ha vuelto prioritario. Actualmente cerca del 40% de la gente en el mundo vive en más de 200 cuencas de ríos compartidos. Y es que ante una situación de escasez del agua la amenaza se cierne sobre tres aspectos fundamentales del bienestar humano: la producción de alimentos, la salud y la estabilidad política y social. Es por esto que en todo el mundo se considera que la gestión del recurso deberá tender a evitar situaciones conflictivas debido a la escasez, sobreexplotación y contaminación, mediante medidas preventivas que procuren un uso racional y de conservación.