Desertificación significa degradación de la tierra en regiones áridas, semiáridas y subhúmedas secas, resultante de diversos factores, incluso variaciones. En este marco, la Estación experimental del INTA de esta región está trabajando desde hace mucho tiempo para poder hacerle frente y para poder, de alguna forma contrarrestar el efecto que trae como consecuencias zonas muy grandes y totalmente despobladas.
El Doctor Gabriel Oliva señaló que “el tema de la desertificación nos preocupa hace muchos años. Hoy estamos haciendo algo novedoso que es un proyecto con todas las provincias patagónicas, que es un programa que lidera la Secretaría de Medio Ambiente de Nación y que canaliza estos fondos, y se está haciendo en toda la región Patagónica con una serie de 600 monitores de terrenos para la desertificación. Éstos son monitores que miden la vegetación y el suelo y que va hacer por largo plazo. Los monitores se miden cada 5 años. Estamos pensando que el sistema va a tener utilidad dentro de 15 a 20 años”.
El problema que presenta la desertificación en nuestro sistema es las tierras que tienen muchos años y que son de vegetaciones perennes y van descendiendo escalones y después le cuesta mucho tiempo levantarse, Sin embargo, la buena noticia es que hay sistemas y métodos para manejar como se debe los campos y los mismos productores se están involucrando. De este modo, hoy se puede hacer una ganadería moderna.
“Este sistema que se está implementando es el que nos estará dando el certificado de buena calidad y me parece que es un sistema interesante por ser a tan largo plazo. Lo que hacen los monitores es describir con muchos detalles qué es lo que está pasando en el suelo, con el reciclaje de los nutrientes, con la diversidad de la vegetación, con las malezas, entre otras pero esto está asociado a manejos sustentables de la tierra. Es manejar el campo de un modo que tanto que los animales tienen que estar en una producción optima porque tienen una buena nutrición como los pastizales que no estén sobre pastoreado ni forzado, es decir que son las dos cosas: el manejo sustentable unido al monitoreo permanente que nos da la idea si estamos haciendo bien las cosas”, explicó Oliva.
LA SOLEDAD DE UN TERRITORIO
La desertificación es un drama social, toda la zona central de la provincia de Santa Cruz preocupa poco, ya que de repente se pueden encontrar guanacos en la ruta, pumas en la zona de la costa, cuando antes había sólo en la cordillera, la aparición de los zorros que están generando problemas en los establecimientos. Todo esto lo tenemos lejos de Río Gallegos.
Oliva agregó: “todo lo que es la meseta central, tiene millones de hectáreas de campos abandonados, sin ningún manejo y cuidado, con patrimonios culturales y arqueológicos que se pierden y esto es un problema de la sociedad que no permite dejar vivir a una familia, como hace cien años en el campo. Hoy necesitan comunicación, salud y esto no está garantizado para la gente de campo. Realmente el panorama en la zona centro es difícil y tenemos que enfrentar esta situación”.
LA PATAGONIA Y EL MUNDO
Israel tiene muy pocos pastizales naturales, por lo que la situación de Santa Cruz es muy parecida. En tanto, Australia, Estados Unidos en la zona centro y
Sudáfrica tiene problemas de desertificación y necesitan medidas propias para estas enormes extensiones.
“Australia ha hecho mucho trabajos sobre la desertificación y básicamente esto de ordenar la explotación y recomendar las cargas y los tipos de manejo de la ganadería es un problema difícil asociado a la pobreza, aunque este panorama no se ve en nuestra provincia. Me parece que tenemos que enfrentar el problema, comenzar a ocupar nuestro territorio, por lo menos garantizar a los pocos que han quedado. Hay muchos focos de erosión que son médanos de arcilla o de yeso que avanzan en los campos. Lo más común es el campo que se va degradando y que pierde calidad productiva, las manifestaciones de erosión se pueden combatir”, comentó Oliva.
El Consejo Agrario Provincial tiene elementos para combatir con esto, pero es calificado como un trabajo “hormiga” que cubre a una pequeña parte de la desertificación. A ésta hay que atacarla a los 30 millones de hectáreas que tenemos y es imposible pensar en sembrar o modificar esta cantidad de hectáreas, por lo que la solución es modificar las formas con las ganaderías y el resto de la actividades, también con le petróleo y la minería.
En toda la Patagonia se instalarán 600 monitores, uno cada 30 mil hectáreas. Se va a usar la misma tecnología desde Tierra del Fuego hasta La Pampa y se irá a los campos a instalar y que los productores se involucren en esto.
“En la década del ‘80 fue importante el desarrollo de la tecnología para evaluar pastizales por lo que creemos que esta tecnología actual es la que nos va a dar la garantía en el futuro para comercializar los productos de la Patagonia y para garantizar que se estén haciendo las cosas bien”, finalizó Oliva.
El Periódico Austral (Argentina) 06-07-09