Argentina | Santa Fe | 28-11-2013
La problemática medio ambiental que se registra en Rafaela, según la óptica de la Asociación Amigos de la Vida, ocupó el centro de la agenda de la última reunión del año de la Federación de Entidades Vecinales (FEV), que se desarrolló anoche en la sede de la Comisión de barrio 9 de Julio. La organización que preside Pablo Williner brindó un amplio y crítico informe sobre las lagunas de retardo que ya están en marcha cerca de los barrios Amancay y Antártida Argentina porque se construyen sobre campos donde hay un pasivo ambiental (se detectó cromo y plomo, asegura) y también sobre el proyecto impulsado por la Municipalidad, la Sociedad Rural y la Secretaría de Medio Ambiente de la Nación para implementar la primera planta de reciclaje de envases de productos agroquímicos.
Héctor Moscardo, presidente de la FEV, y el titular de la Vecinal del barrio 9 de Julio, Omar Sabena, fueron los encargados de abrir el encuentro y presentar a la delegación de Amigos de la Vida, en la que estaban entre otros Williner, Jorge Quevedo y Daniel Martínez. «Amigos de la Vida nos pidió la reunión para plantear los temas que les preocupan. Siempre hemos recibido a todos. Y en esta oportunidad son cuestiones que nos interesan a todos», dijo Moscardo a modo de prólogo.
El titular de la organización ambientalista cuestionó al Municipio por «la falta de información sobre el proyecto para construir una planta de reciclado de bidones con restos de productos agroquímicos cerca del actual Relleno Sanitario» a pesar de que la entidad que lidera solicitó detalles hace más de dos años. «Es muy preocupante esta iniciativa por el impacto ambiental negativo. En otros lugares del país se buscó instalar un proyecto similar. Por caso, en María Juana vecinos autoconvocados hizo fracasar un intento hace unos cinco años. La planta de Rafaela será la primera en el país, por eso seríamos conejitos de indias», lamentó el dirigente.
Sobre el proyecto -para el cual la Secretaría de Medio Ambiente de la Nación aportó cerca de 3 millones de pesos-, Williner sostuvo que «sólo sabemos que habría un triple lavado de los bidones descartados, pero esto no es suficiente porque los productos quedan impregnados en el plástico poroso». Además, indicó que «con el plástico que se funde y se recupera, que permanecerá contaminado, se fabricarían bancos para plazas donde después jugarán niños, aquí habrá un efecto residual en la salud a mediano y largo plazo».
Y recordó la nota presentada ante las autoridades de la ciudad en el 2011: «Preguntamos cuál será el destino del agua que se utilizará para el lavado de los bidones, cuál será el destino de los plásticos reciclados, qué tipo de controlambiental se hará a la planta, cuál es la higiene para el personal, las medidas de seguridad de las instalaciones. Pero no logramos nada».
Quevedo, por su parte, consignó que «las grandes multinacionales que fabrican agroquímicos deberían responsabilizarse de los envases, que sean retornables y así se daría una solución parcial».
Con respecto a las lagunas de retardo que el Municipio comenzó a modelar en un área de 66 hectáreas expropiadas con fondos provinciales en el suroeste de la ciudad como solución para evitar que importantes lluvias inunden el sector como en el 2007, Amigos de la Vida deslizó que «hay negocios inmobiliarios pero también un pasivo ambiental, porque se arrojaron barros tóxicos, con cromo y plomo, generados por las curtidoras». Según Martínez, ocupan una superficie de 50 por 80 metros y 3 de profundidad. «Si el agua se acumula, se estanca en la laguna, llevará los metales pesados a las napas. Y en ese sector, los vecinos que se instalan deben perforar la tierra para extraer agua porque no pueden tener agua potable. ¿Se entiende el riesgo para la salud que hay?», disparó.
Un dirigente de la FEV preguntó si «el saneamiento forma parte del proyecto de lagunas elaborado por el Municipio». Y Martínez respondió que «el estudio de impacto ambiental detectó este pasivo, pero para la solución debería haber sido financiada con parte de los fondos que le pagaron a una de las familias por la expropiación, ahora todos los rafaelinos nos tenemos que hacer cargo del costo». Agregó que «nos deben decir qué van a hacer y quién lo va a pagar».
Williner intervino para señalar que «el Municipio debe brindar más información sobre la solución al pasivo ambiental en las lagunas y también sobre la planta de reciclado de envases agroquímicos, es lo que queremos». Después dijo que Amigos de la Vida propone la «Alternativa Castellanos» como opción a las lagunas: «Simple, mejorar el sistema de canalización en la región».
Por otra parte, Williner explicó nuevamente por qué la entidad, que forma parte del movimiento que en la Provincia reúne más de 80 organizaciones bajo el nombre «Paren de Fumigarnos», pretende que se amplíe el límite agronómico de los actuales 200 metros establecidos por ordenanza a 800 metros (prohíbe la aplicación de agroquímicos a una distancia menor). Puso como ejemplo el aumento sustancial de casos de cáncer registrados en las áreas urbanas de Santo Domingo y de Brinkmann, dos pueblos donde los tambos retrocedieron para darle lugar a la soja, el «yuyito» que requiere de las fumigaciones. «Cuando se respeta el límite de 800 metros bajó el nivel de problemas de salud», fundamentó.
El cierre estuvo a cargo de Moscardo, quien tras despedir a la comitiva de la entidad ambientalista elogió el funcionamiento de la FEV al expresar que «hemos logrado un buen equipo de trabajo y un espacio de diálogo y debate de los temas que preocupan a nuestros vecinos, y los hemos llevado hasta las autoridades, es lo que debemos hacer y lo estamos haciendo».
Héctor Moscardo, presidente de la FEV, y el titular de la Vecinal del barrio 9 de Julio, Omar Sabena, fueron los encargados de abrir el encuentro y presentar a la delegación de Amigos de la Vida, en la que estaban entre otros Williner, Jorge Quevedo y Daniel Martínez. «Amigos de la Vida nos pidió la reunión para plantear los temas que les preocupan. Siempre hemos recibido a todos. Y en esta oportunidad son cuestiones que nos interesan a todos», dijo Moscardo a modo de prólogo.
El titular de la organización ambientalista cuestionó al Municipio por «la falta de información sobre el proyecto para construir una planta de reciclado de bidones con restos de productos agroquímicos cerca del actual Relleno Sanitario» a pesar de que la entidad que lidera solicitó detalles hace más de dos años. «Es muy preocupante esta iniciativa por el impacto ambiental negativo. En otros lugares del país se buscó instalar un proyecto similar. Por caso, en María Juana vecinos autoconvocados hizo fracasar un intento hace unos cinco años. La planta de Rafaela será la primera en el país, por eso seríamos conejitos de indias», lamentó el dirigente.
Sobre el proyecto -para el cual la Secretaría de Medio Ambiente de la Nación aportó cerca de 3 millones de pesos-, Williner sostuvo que «sólo sabemos que habría un triple lavado de los bidones descartados, pero esto no es suficiente porque los productos quedan impregnados en el plástico poroso». Además, indicó que «con el plástico que se funde y se recupera, que permanecerá contaminado, se fabricarían bancos para plazas donde después jugarán niños, aquí habrá un efecto residual en la salud a mediano y largo plazo».
Y recordó la nota presentada ante las autoridades de la ciudad en el 2011: «Preguntamos cuál será el destino del agua que se utilizará para el lavado de los bidones, cuál será el destino de los plásticos reciclados, qué tipo de controlambiental se hará a la planta, cuál es la higiene para el personal, las medidas de seguridad de las instalaciones. Pero no logramos nada».
Quevedo, por su parte, consignó que «las grandes multinacionales que fabrican agroquímicos deberían responsabilizarse de los envases, que sean retornables y así se daría una solución parcial».
Con respecto a las lagunas de retardo que el Municipio comenzó a modelar en un área de 66 hectáreas expropiadas con fondos provinciales en el suroeste de la ciudad como solución para evitar que importantes lluvias inunden el sector como en el 2007, Amigos de la Vida deslizó que «hay negocios inmobiliarios pero también un pasivo ambiental, porque se arrojaron barros tóxicos, con cromo y plomo, generados por las curtidoras». Según Martínez, ocupan una superficie de 50 por 80 metros y 3 de profundidad. «Si el agua se acumula, se estanca en la laguna, llevará los metales pesados a las napas. Y en ese sector, los vecinos que se instalan deben perforar la tierra para extraer agua porque no pueden tener agua potable. ¿Se entiende el riesgo para la salud que hay?», disparó.
Un dirigente de la FEV preguntó si «el saneamiento forma parte del proyecto de lagunas elaborado por el Municipio». Y Martínez respondió que «el estudio de impacto ambiental detectó este pasivo, pero para la solución debería haber sido financiada con parte de los fondos que le pagaron a una de las familias por la expropiación, ahora todos los rafaelinos nos tenemos que hacer cargo del costo». Agregó que «nos deben decir qué van a hacer y quién lo va a pagar».
Williner intervino para señalar que «el Municipio debe brindar más información sobre la solución al pasivo ambiental en las lagunas y también sobre la planta de reciclado de envases agroquímicos, es lo que queremos». Después dijo que Amigos de la Vida propone la «Alternativa Castellanos» como opción a las lagunas: «Simple, mejorar el sistema de canalización en la región».
Por otra parte, Williner explicó nuevamente por qué la entidad, que forma parte del movimiento que en la Provincia reúne más de 80 organizaciones bajo el nombre «Paren de Fumigarnos», pretende que se amplíe el límite agronómico de los actuales 200 metros establecidos por ordenanza a 800 metros (prohíbe la aplicación de agroquímicos a una distancia menor). Puso como ejemplo el aumento sustancial de casos de cáncer registrados en las áreas urbanas de Santo Domingo y de Brinkmann, dos pueblos donde los tambos retrocedieron para darle lugar a la soja, el «yuyito» que requiere de las fumigaciones. «Cuando se respeta el límite de 800 metros bajó el nivel de problemas de salud», fundamentó.
El cierre estuvo a cargo de Moscardo, quien tras despedir a la comitiva de la entidad ambientalista elogió el funcionamiento de la FEV al expresar que «hemos logrado un buen equipo de trabajo y un espacio de diálogo y debate de los temas que preocupan a nuestros vecinos, y los hemos llevado hasta las autoridades, es lo que debemos hacer y lo estamos haciendo».
FUENTE:
La Opinión de Rafaela ( Argentina )